TOMÁS SOCÍAS | EL UNIVERSAL
En la situación en que se encuentra la economía del país hay que ponerse en los zapatos del sector productivo nacional que tienen que importar con el dólar negro que está por encima de los 800, nacionalizar con el dólar a Bs. 200 y de paso vender con un margen de ganancia de al menos 30%. En esta esquina nos preguntamos: ¿Quién pierde? La respuesta es muy fácil, pierde el consumidor, el empresario, en definitiva el país.
Esta es la causa del aumento de precios desproporcionado que vemos a diario en los comercios, los cuales tienen de cabeza a los ciudadanos que por más malabarismos que hagan no hay forma de que alcance el sueldo. Las cifras más recientes del Cendas indican que solamente la cesta básica de alimentos está por encima de los 50 mil bolívares, registrando un aumento de más de 8 mil bolívares en tan solo un mes.
Estas cifras demuestran lo que ocurre diariamente en una casa donde, a pesar de que padre y madre trabajen, aunque ambos ganen más del sueldo mínimo, la plata simplemente no alcanza. Imaginen que la familia tiene cinco miembros, con tres niños y jóvenes que necesitan ropa, zapatos, transporte, meriendas y donde cada padre tenga que llevarse el almuerzo y haya uno o dos carros. Hablamos de una familia de clase media, porque si mencionamos a las familias de estratos menos favorecidos, la situación se complica mucho más. Algunos dirán: "pero si en los estratos más necesitados, existen las misiones, los programas sociales, Mercal, Pdval".
Puede ser que a simple vista parezca que los más humildes lo tienen resuelto con los programas sociales. Pero no es así. Aclaro que sigo manteniendo mi posición de destacar lo positivo de las misiones que son las mejores de toda América Latina. Sin embargo, para nadie es un secreto que las colas son cada vez más largas en los abastos Bicentenario y en los Pdval o Mercal. Esto ocurre porque el sistema de importaciones del gobierno ha sufrido una baja importante. De allí que cada persona que hace una cola en estos expendios populares, invierta al menos cinco o seis horas en una cola, lo cual perjudica al patrono, bien sea público o privado, que tiene que dar los permisos necesarios.
La situación se repite en la red de supermercados privados, donde casi no llega mercancía regulada y cuando llega, las colas son realmente inhumanas.
En los expendios que logran obtener más o menos alguna variedad de mercancías, los precios son casi impagables y solamente unos cuantos puede comprar y con bastante esfuerzo. Y estos precios se deben precisamente a lo que decimos al inicio del artículo, porque no hay forma de tener alguna ganancia, si no se trasladan al consumidor los cotos de las importaciones a dólar negro. Por el bien del país, pedimos que se tomen las medidas pronto, porque sabemos que el presidente Nicolás Maduro, tiene las propuestas en sus manos. Lo que falta es que se tome la decisión y ya.
Analista económico y político /
tsocias@cantv.net
