Por Luis Oliveros / Runrunes
El Madurismo ha generado la crisis económica más grave de nuestra historia. Venezuela terminará el año 2015 ostentando la peor inflación (por tercer año consecutivo) y la cuarta peor caída del producto interno bruto del planeta. El avance en las cifras de pobreza nos coloca hoy, según estudios serios, a un peor nivel que 1998. Todo ese resumen curricular, debería ser suficiente para entender lo grave que significaría que ese gobierno gane las elecciones parlamentarias del próximo 6 de diciembre.
Un triunfo del Madurismo en las elecciones es un espaldarazo a una gestión bastante mediocre y un acto de masoquismo extremo por parte de una población que hoy está viendo como su salario real cae a una velocidad record. Darle el triunfo al gobierno es apoyar la corrupción, la destrucción institucional y aumentar la velocidad del deterioro del país. Sería aplaudir la persecución y encarcelamiento de líderes políticos, el auge de la inseguridad, la aniquilación de las universidades, entender que la escasez llegó para quedarse y que las largas colas para adquirir bienes serán un fenómeno normal. Esa victoria es acostumbrarse a que el deterioro en la calidad de vida de los venezolanos se profundizará con los años y que nuestro futuro como país será una combinación entre Sudán y Corea del Norte. Un país donde la fuga de talentos será una diáspora mucho más agresiva que la que estamos viviendo. Nos enfrentaríamos a una Venezuela con un futuro muy negativo, donde la casta dominante seguirá manejando al país a su antojo, generando bienestar a solo a un grupito bastante pequeño sabiendo que tiene, increíblemente, el apoyo la sociedad para eso.
Como sociedad sería un rotundo fracaso. Significaría no solo sumisión y miedo, también mostraría que con mucha facilidad se creyó en mentiras como la guerra económica o que todo el mundo nos quiere hacer daño porque estamos “haciendo una patria potencia”.
¿Merece el actual gobierno ganar una elección?, obviamente no, sus rotundos fracasos, no solo en materia económica, también en inseguridad, infraestructura, etc. lo hacen el candidato ideal para que el voto castigo se multiplique y la necesidad de cambio se imponga. Una derrota histórica del Madurismo podría ser el punto de inflexión para Venezuela.
Para lograr eso hay que votar. Solo imagine que si usted no vota o lo hace por algún candidato del Madurismo, usted le está diciendo al gobierno “estás gobernando muy mal pero yo te apoyo para que lo sigas haciendo así”.
Por último: tenga muchísimo cuidado no solo de esas tarjetas como Min-Unidad o Unidad DR, sino de las supuestas “iniciativas independientes” como #SalvaTuVoto y de los “radicales” de las redes sociales (no hacen nada por el país) que tratan a toda costa de generar miedo para crear abstención entre los votantes de la oposición (dense cuenta, nunca atacan al gobierno ni buscan a sus votantes). Estos grupos que viven de odiar a la MUD, quieren que el status quo se mantenga, que el Madurismo siga en el poder y por lo tanto son felices viendo a Venezuela en la actual situación.
Colette Capriles dijo recientemente en un Hangout algo que debemos tener muy presente de cara al 6D: “la única vacuna contra el fraude es votando”. No crea en cuentos de camino, en charlatanes y piense si no quiere que se produzca un cambio en Venezuela.
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