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lunes, 18 de julio de 2016

Sobre la censura. Por Luis Vicente León


Luis Vicente León / El Universal

Esta semana tuve el honor de ser Orador de Orden en la sesión del Concejo Municipal de Sucre con motivo de la entrega de la orden Cecilio Acosta a un grupo destacado de periodistas venezolanos.

Para celebrar el trabajo y esfuerzo de estos profesionales, decidí no hacer un discurso estructurado sino una conversación a dibujo libre alrededor de un grupo de citas relevantes sobre el tema de la censura y la autocensura. No voy a reproducir aquí mis palabras ese día, sino las citas que las motivaron y dejo en ustedes también libre la conexión que quieran hacer entre ellas. “Debo enseñarme a mí mismo a desconfiar de ese peligroso sentimiento o convencimiento intuitivo de que soy yo quien tiene razón. Debo desconfiar de ese sentimiento por poderoso que pueda ser. De hecho, cuando más poderoso sea, más debo recelar de él, porque cuanto más poderoso sea, mayor será el peligro de que pueda engañarme a mí mismo y, con ello, el peligro de que pueda convertirme en un fanático intolerante”. Karl Popper.

“Cuanto menos restricciones legales se apliquen a la capacidad de expresarse, mejor. Si resulta que alguna de las formas asumidas por la libre expresión son desafortunadas, eso es parte del precio de la libertad. La censura es señal de debilidad del Estado. No de fortaleza. El historial mundial de la censura es lo bastante repugnante para desacreditarla para siempre… La paranoia es la patología de los regímenes inseguros y en particular de las dictaduras. Una de las diferencias entre las dictaduras modernas y las antiguas ha sido la amplitud y la rapidez con que la paranoia puede extenderse desde arriba para contaminar a la población. Y eso se usa como método de control”. JM Cotzee.

“Si hubiera que tener censores (algo que rechazo de plano) tendrían que ser profesionales por encima de lo común, a un tiempo estudiosas, sabias y sensatas. Sin embargo, para ese tipo de personas no puede haber un oficio mas tedioso y desagradable que convertirse en perpetuo lector de libros no escogidos. Podemos intuir entonces que los censores son ignorantes, imperiosos y negligentes o vilmente codiciosos”. John Milton.

“En Cuba había un ambiente de amenaza oficial incesante que hacía del ciudadano no sólo una persona objeto de represión sino autoreprimido, no sólo una persona censurada sino autocensurada. No sólo vigilada sino que se vigilaba a sí misma. Cuando ciertas claves de escritura o de discurso, incluso ciertos pensamientos se convierten en actividades furtivas, la paranoia del Estado está en proceso de reproducirse en la psique del súbdito y el Estado puede soñar en un futuro donde la función de censura se habrá privatizado”. Reinaldo Arenas.

“La batalla contra la autocensura es anónima, solitaria y sin testigos y hace que el sujeto se sienta avergonzado por colaborar. Significa leer tu propio texto con los ojos de otra persona. Una situación en la que te conviertes en tu propio juez, más estricto y suspicaz que cualquier otro. El Censor autodesignado es el alter ego del escritor, un alter ego que se inclina sobre su hombro y mete las narices en el texto… imposible vencer a ese censor porque es como Dios. Lo sabe todo y lo ve todo. Ha surgido de tu propia mente, de tus propios miedos, de tus propias pesadillas. Este alter ego… consigue debilitar y contaminar incluso a los individuos más morales, a quienes la censura externa no ha logrado quebrar. Al no admitir que existe, la autocensura se alínea con las mentiras y la corrupción espiritual”. Danilo Kis

Y ahora cito el fin del discurso: Es normal que tengamos miedo. La clave es responder a él haciendo lo que tenemos que hacer, a pesar de tener miedo. Esa es la definición de valentía.

Luisvicenteleon@gmail.com


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