DANIEL LANSBERG RODRÍGUEZ | EL UNIVERSAL
Hace unos días, esperando –como seguramente hicieron muchos de mis lectores– noticias acerca de la reunión entre el Papa Francisco (primero de ese nombre) y el "presidente" Nicolás Maduro, pensé que lo que estaba ocurriendo en realidad era algún un tipo de diálogo interreligioso. El vicario de Cristo se encontraba con el vicario de Chávez.
Es decir ¿en qué se ha convertido el chavismo de hoy si no es un movimiento religioso? Resulta ser anémico en lo que se trata de gobernación y políticas coherentes, entonces no le sirve el título de movimiento político. Tampoco parece ser un negocio, ya que todo lo que hace es perder dinero. ¿Una ONG? Tampoco. Véanse las casas, donde viven los enchufados y díganme que este gobierno se maneja sin fines de lucro...
Lo que el chavismo sí logra hacer, y la razón que merece tal vez su estatus como religión, es ingeniosamente entrelazar los problemas de hoy con una gran narrativa de antaño, pidiéndole al creyente que sufra de manera digna su presente, y prometiendo eventualmente – un futuro mejor.
La religión del chavismo igual divide la población entre los fieles y los herejes, ofreciendo, además, servicios especiales para los que se mantienen en la verdadera fe. Después de todo, apuesto a que resultaría mucho más fácil a un budista recibir la santa comunión, que a un firmante de la "Lista Tascón" recibir un trabajo del gobierno. ¿Recuerdan la excomulgación del general Baduel?
Al igual que el discípulo religioso, el chavista de Venezuela se le pide que crea una gran cantidad de historias inexplicables a través de la ciencia e incluso a través del sentido común. Las invocaciones de pájaros parlantes y del capitalismo en Marte son ejemplos obvios aunque tal vez un poco trillados. Más interesantes son las wunderwaffen cancerígenas del imperio, o el interminable desfile de excusas chimbas que justifiquen los fracasos que se han convertido en el pan nuestro de cada día para el venezolano. "La escasez está ocurriendo a nivel mundial". "La oposición saboteó a la refinería/planta/viaducto (etc.) para hacer que la revolución quedara mal". "Los deslizamientos están bajo control".
O el favorito: "Esperen hasta el año que viene, todo mejorará".
Pero ese año esperado, jamás termina de llegar ni tampoco el "paraíso socialista" que se le ha prometido, sin cesar, al venezolano desde 1998. En su lugar, hemos encontrado que los prepotentes del "chávaticano" han malgastado el patrimonio de la nación, enriqueciéndose ellos mismos con toda la sutileza de un Diablo de Yare, además regalando mucho de lo poco que queda en función de conversos en otros países.
Mientras tanto aquí tenemos el crimen rampante. El valle de Caracas se ha convertido en uno de los "valles tenebrosos" referidos en el salmo 23. El gobierno nos dice que, a pesar de caminar por ese valle, no debemos tener peligro, ya que el gobierno está con nosotros...
Venezuela es una tierra con una larga tradición de mantener una vida espiritual poco ortodoxa, además de las religiones principales, se encuentran creyentes en María Lionza, la santería, y lo demás: todos los cuales reflejan los siglos de mestizaje cultural y metafísico. Pero después de haber todos sacrificado tanto, año tras año, en el altar de la revolución bonita: se nos quedan debiendo por lo menos unos tantos milagritos. Aquí los estamos esperando.
@Dlansberg