Por Prodavinci
Si usted está en Venezuela y quiere viajar fuera del país, seguro la pasará mal. Primero, tendrá que resolver el problema que representa encontrar un boleto. Y luego la dificultad de hallar un pasaje con tarifa turista, porque sólo existe la opción de primera clase, por los cuales se paga hasta más de 100% de lo que costaban hasta el año pasado. Finalmente, deberá prepararse para comprar un boleto que sólo le da la opción de realizar el round trip ─ida y vuelta─ en un lapso menor a 30 días. Quedaría, entonces, con el tiempo contado para efectuar los trámites que exige CADIVI, donde comprará los dólares al doble del precio de diciembre de 2013. Juntos, todos estos elementos y otros más, configuran un escenario que lleva a asegurar que a los venezolanos cada vez se les dificulta más volar al exterior.
Las condiciones para viajar que imponen las circunstancias son el resultado de una deuda adquirida por Comisión de Administración de Divisas (CADIVI) con las aerolíneas nacionales e internacionales autorizadas por el Instituto Nacional de Aviación Civil (INAC) para operar las rutas a otros países, deuda que creció en los últimos 18 meses por el rezago en la cancelación de los dólares por la venta de boletos en bolívares a tasa preferencial.
Las aerolíneas cobran a dólar oficial los boletos vendidos en el territorio nacional. Hasta el viernes pasado no existía ninguna objeción a la nacionalidad o lugar de residencia del adquiriente. Por eso, cuando la tasa estaba a Bs. 4,30 por dólar, la empresa aérea calculaba el costo del boleto. Supongamos: $300 por 4,30, igual a Bs 1.290, más impuestos y otras tasas.
Ese monto de Bs. 1.290 se reserva en los cuadernos contables y cuentas bancarias de las aerolíneas para adquirir los dólares a precio CADIVI, pero cuando la comisión dé la autorización para la compra de las divisas y por montos especificados. A su vez, los dólares se utilizan para pagar a proveedores de las empresas y reportar utilidades a sus casas matrices, entre otros aspectos.
1. Ruido en los motores. En los últimos 18 meses se redujeron las aprobaciones de CADIVI para que las aerolíneas adquirieran divisas. En la actualidad, según el ex presidente de la Asociación Venezolana de Agencias de Viajes y Turismo (AVAVIT), Juan Suárez Lemos, la deuda de la Comisión con las empresas del sector aeronáutico asciende a $2.700 millones, un 12,78% de las reservas internacionales del país para el 27 de enero de 2014. En noviembre pasado, al deuda era de Bs 2.400 millones de acuerdo con la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela (ALAV).
Luego de que se anunciara la semana pasada que para viajeros el dólar quedaba en Bs. 11,30 y que el ministro de Comercio y presidente del Centro Nacional de Comercio Exterior, Alejandro Fleming, cuestionara la legitimidad de parte de la deuda de CADIVI con las aerolíneas, estas compañías tomaron una serie de medidas para protegerse y evitar que el monto de lo que se les debe crezca aún más sin saber a cuál paridad $/Bs. será cancelado. Las consecuencias se pueden ver en las oficinas de las agencias de viajes y en los counters de las empresas aéreas.
Las acciones más severas las tomaron Air Europa, Tame, Air Canada, Delta, United, American Airlines y la panameña Copa, las cuales suspendieron o redujeron sus operaciones, en un panorama donde predominan las turbulencias que amenazan con que las deudas no cojan pista.
2. Medidas tomadas. “Las aerolíneas han dejado de vender barato. Ya no encuentras boletos de clase turista. Ofrecen bussines class y tarifa Yucatán, que son las más caras”, señala Suárez Lemos. Por eso un boleto a Madrid pasó de encontrarse a Bs. 15.000, a mediados del año pasado, a Bs. 62 mil, tal como lo reportó el diario El Mundo Economía y Negocios en su edición del miércoles.
Por si fuera poco, a los viajeros sólo les queda la opción de comprar hasta con 30 días de anticipación, y en ese periodo de tiempo realizar el vuelo de ida y vuelta. Si reprograman el regreso, deben pagar $200 de penalización.
Asegura Suárez Lemos que mientras se mantenga la deuda y no haya claridad acerca de la liquidación de los dólares, la situación continuará igual. Sin embargo, el Ministro de Transporte Aéreo y Acuático, Hebert García Plaza, manifestó que el Gobierno se encuentra completamente comprometido con solucionar los problemas de las compañías aéreas. Pago con combustible, bonos de la deuda y reconocer parte de la deuda en divisas son las opciones presentadas por negociadores venezolanos.
El ex presidente de AVAVIT dice que llenar el tanque de un avión en Venezuela se paga con el equivalente a dos pasajes de primera clase, por lo que no sería un buen negocio para las empresas. Considera una opción que haya arreglos entre PDVSA y las empresas petroleras de otros países, a fin de suministrar el carburante en esas otras naciones donde resulta más caro que en Venezuela.
Sobre el uso de los bonos, parece una opción más viable, porque significarían ingresos inmediatos a las cuentas de las compañías aéreas, quienes se encargarían de negociar directamente los títulos otorgados por el Gobierno, según apunta Suárez Lemos.
La última alternativa es la más complicada, primero debido a la necesidad de divisas de otros sectores como alimentos y medicinas; segundo, porque CADIVI debe reconocer la deuda según la paridad cambiara del momento de la compra del boleto. “Si la deuda fue adquirida a 4,30 y ahora dices que la pagarás a 11,30 se genera una pérdida que perjudicará a las aerolíneas”, dice el empresario del turismo. Mucho peor aún si no cancelan parte de ella, bajo la excusa de que los boletos fueron adquiridos por extranjeros. “Nosotros le veníamos advirtiendo al Gobierno que desde otros países venían a comprar boletos”, destaca Suárez Lemos.
3. La triangulación. En noviembre del año pasado, el entonces presidente de CADIVI, José Khan, anunció que se tomarían medidas para prohibir la venta de boletos aéreos a extranjeros no residentes. Sin embargo, fue hasta el 24 de este mes cuando en la Providencia 124, que reglamenta la obtención de divisas por parte de las aerolíneas, la Comisión anuncia que sólo reconocerá “personas legalmente residenciadas en el territorio nacional”.
Hasta entonces, se observó que alguno extranjeros, aprovechando el dólar a Bs. 6,30, compraban boletos en Venezuela. Para ello sólo debían vender las divisas norteamericana en el mercado negro para cubrir el costo del pasaje en moneda nacional.
En un artículo publicado en El Mundo Economía y Negocios este martes, el director del Centro de Estudios y Análisis de Políticas Públicas y Regulatorias (Ceapre), Rafael González, advierte que la declaración del ministro Fleming del 24 de enero, en la cual se pronunció por un eventual reconocimiento de la deuda “cuyo origen haya sido la compra de pasajes ida-vuelta, adquiridos en Venezuela, únicamente en el caso de residentes en el país, constituye una acción ‘regulatoria’ retroactiva y confiscatoria”. Agrega que no sorprende que las agencias de viajes anuncien la suspensión de la venta de boletos “ante la inseguridad jurídica que imprime tales declaraciones”.
Mientras, la situación continúa en un turbulento vuelo y los venezolanos que aspiran a viajar al exterior este año ven cada día más lejos el avión. Autoridades venezolanas, empresas y los gobiernos de los países de origen de las aerolíneas que venían prestando tradicionalmente el indispensable servicio actualmente negocian la búsqueda de un cielo más despejado, que nos devuelva las alas.
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