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lunes, 18 de agosto de 2014

¿Última etapa de la fiesta rumbosa?. Por Miguel Bahachille


MIGUEL BAHACHILLE M. | EL UNIVERSAL

"La amenaza" oficial sobre el aumento del precio de la gasolina y del nuevo esquema de unificación cambiaria (nunca concluido) respecto al dólar, que no es otra cosa que otra devaluación, ocupa buena parte de los espacios informativos del país. ¿Por qué la mera mención del estos temas aterran al trabajador que devenga hasta más del doble del salario mínimo? A él le basta con visitar un quiosco de alimentos, una farmacia, un centro de soporte médico u otro servicio indispensable como energía eléctrica o telefonía, para deducir cómo esas medidas económicas "correctivas" incrementarán aún más su evidente turbación social y psicológica.

El esquema no sólo dilapidador sino financieramente "insano", protegido durante 15 años por un populista que prodigó los inmensos recursos petroleros del país para implantar una fantasía, está llegando a su fin. Ahora no hay divisas para atender, entre otras vicisitudes, a hospitales públicos y privados que requieren de suministros ineludibles para pacientes con padecimientos crónicos como Cáncer y VIH. ¿Cómo pudo ocurrir eso en una nación usufructuaria de inmensos recursos económicos y humanos?

Al ganador de la lotería le resulta muy fácil malgastar cualquier cantidad de dinero aunque luego se arruine. Ese nuevo millonario, fruto del azar, prescinde de cualquier juicio valorativo para gastar el dinero; lo que no ocurre cuando la riqueza es fruto del trabajo productivo o del ahorro consciente.

En razón de ello el gobierno del Reino Unido asigna a los ganadores de loterías un panel de asesores jurídicos, financieros y hasta un psiquiatra, con el fin de ayudarlos a instituir la "correcta" toma de decisiones financieras y personales para minimizar los riesgos de su ruina económica y psíquica. Ayudan a los nuevos millonarios a distinguir el sano confort del derroche arruinador. Quienes asumieron el poder en Venezuela a partir de 1998 sólo aprendieron a derrochar. Ahora, vaciada la caja, están pensando vender "las semillas" del país porque no saben cultivarlas (caso remate de Citgo).

El actual caciquismo absorbente fuera de época impide a los "repartidores de dinero" meditar con prudencia sobre las genuinas penurias del país. Ciertamente bajo el esquema del "padre generoso" el individuo se sabe protegido por un "Estado millonario" que ganó la lotería. Así el mandato reza: ¡no pienses, observa y atrévete a actuar conforme lo hacemos nosotros! Ello inspiró en la época de Chávez arrojos heroicos (aunque falaces) que hoy concluyen en tremendas confusiones como las que se evidencian sobre todo entre los sectores más pobres. La ofuscación oficial heroísta culminó en inacción y ahora, como corolario, en un país hundido en la opacidad.

No obstante el fiasco evidenciado a lo largo de tres quinquenios, el actual régimen insta a proseguir con el modelo interventor ahora desde la escuela. En los folletos que el Ministerio de Educación reparte a los infantes se refleja un credo conformista como guía de vida. Procuran que el niño sustituya su capacidad instintiva de observación por un ambiguo culto, casi religioso, a una persona que insistió en instituir su personalismo que descalabró las instituciones indispensables en toda democracia.

El gobierno, ostentando un aura de prepotencia, menosprecia los estudios de opinión que reflejan su desgaste el cual ocurre a ritmo geométrico. Que la experiencia del socialismo revolucionario además de estar fuera de época se desnuda ante hechos de corrupción denunciados por uno de sus enfáticos ductores (Giordani). Los niños que pretenden adoctrinar, al igual que jóvenes, adultos y viejos, no pisarán de nuevo la trampa del nuevo modelo socialista. Así pues, la fiesta rumbosa gravitada en la dádiva y la añagaza, llega a su fin. Ahora es el turno del ciudadano; no lo desperdiciemos con confrontaciones fútiles que llevan a la división.

miguelbmer@gmail.com

@MiguelBm29



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