Alexander Cambero / El Nacional
El régimen venezolano se erige en celoso gendarme de nuestro destino. Es el que ata la cordura nacional para postrarla a los pies de la irracionalidad. Hemos vivido quince años envueltos en una estela de un desequilibrio emocional profundo. El gobierno revolucionario disfrazó su manifiesta incapacidad con las dosis de manipulación selectiva propia de los sistemas totalitarios. Todo se basa en los mecanismos propagandísticos que venden grandes mentiras como señuelo de la ilusión; de pronto magnos conglomerados aplastados por el peso de la injusticia social piensan que la revolución es su filosa espada para cobrar venganza. La incalculable fortuna de la republica la dilapidaron en tiempo récord, pocos se explican en el mundo cómo Venezuela pasó de tener una proyección de progreso increíble a vivir prácticamente arruinada; con su destino sujetado al imperio chino en una situación de dependencia absoluta. Pero no es solamente el gigante asiático que juega con su dócil ratoncillo millonario, son también los rusos quienes anhelan volver a los tiempos cuando la URSS disputaba el mundo al imperio norteamericano. Esa simbiosis de intereses encuentra terreno fértil en nuestra patria; para sembrar sus proyectos en desmedro del pueblo venezolano convertido en una colonia del totalitarismo internacional. La locura es un asunto serio. Más aún cuando el trastorno trasciende las fronteras y se convierte en una pesadilla para la nación, lo que hemos vivido en Venezuela en los últimos quince años es un drama del cual no hemos podido librarnos. Cuando los escuchamos hablar de un país que se asemeja al paraíso en la tierra, entendemos que la locura se profundiza de manera dramática. Vamos cayendo en profundas contradicciones, y las mismas van creando este clima de inestabilidad que hoy nos caracteriza.
El desafío venezolano es lograr superar este gran escollo. Lamentablemente, son un pensamiento muy arraigado en millones de compatriotas que son manipulados por un régimen especializado en jugar con estos elementos que hacen que se atornillen en el poder. Es increíble que la administración de Nicolás Maduro tenga un buen apoyo, a pesar de ser uno de los responsables del desastre nacional. Esa especie de demencia gubernamental que lo atrapa todo tiene la ventaja de ser dirigida desde el gobierno.
Tenemos que lograr desactivar esto. Es necesario lograr que esta situación pueda ser revertida; de lo contrario, seguiremos hundiéndonos hasta llegar a lo más profundo del abismo, cuestión que seguirá ayudando al régimen a mantener su asfixiante control; la manipulación profunda hasta convertirnos en una patria con la ilusión vuelta trizas. El fraude cautivante de engaños en mentes fermentadas, podredumbre humana que sigue el sendero de la locura que florece…
alexandercambero@hotmail.com
@alecambero
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