Se trata de aspiraciones, más allá de realizaciones. Y el símbolo de esa aspiración es Disney World
GUSTAVO LINARES BENZO | EL UNIVERSAL
La eliminación del dólar viajero a todos los efectos prácticos tiene un alcance político difícil de exagerar. Es la renuncia definitiva del chavismo a la clase media venezolana, la consolidación del PSUV como partido uniclasista en contra de la tendencia de todos los partidos de izquierda del mundo. Ya no se trata del repudio de toda participación empresarial, así sea de empresas mínimas, cooperativas o independientes, sino del rechazo a la emergente categoría de funcionarios públicos medios, de trabajadores de las empresas públicas, que disfrutaron del bienestar de la bonanza petrolera.
Más aún. Eliminar la posibilidad de cualquier viaje al exterior salvo para los muy ricos, es oficializar al chavismo como contrario a la tendencia social más importante del continente en lo que va de siglo: la conversión de América Latina de una región de pobres en una región de clase media en el ideario popular. Como demuestran todos los estudios demoscópicos de largo plazo (Latinobarómetro, Pew, Datanálisis), los valores y aspiraciones de la gran mayoría de la población latinoamericana, Venezuela a la cabeza, son los de la clase media: profesionalización, educación, salud, emancipación económica de la mujer, consumo variado.
Se trata de aspiraciones, más allá de realizaciones. Y el símbolo de esa aspiración es Walt Disney World, dicho con la mayor seriedad. La bonanza petrolera significó para un número gigantesco de venezolanos el acceso al castillo de Cenicienta y a la montaña rusa de Hulk, tantos que una mayoría sustancial inclusive de los más pobres comenzaron a tener información de primera mano, de hermanos o amigos, del primer mundo y de sus deleites. Cancelar esa posibilidad no solo afecta a un sector que cada vez se venía reduciendo, sino a toda una categoría social mucho mayor que la que indican los números de distribución del ingreso.
Espejismo o no, lo cierto es que en vida de Chávez y por obra del crecimiento económico de China, la bonanza permitió que muchos vivieran como la clase media y casi todos pensaran que más pronto que tarde podrían hacerlo. Chávez, en contra de lo que eran sus intenciones al menos de palabra, propulsó un ideario exactamente contrario al modelo que pretendía. Así contribuyó a esta tendencia general de América Latina a lo cosmopolita, la seguridad y los servicios; a Disney, para decirlo en una palabra.
@glinaresbenzo
Recibe nuestras actualizaciones por E-Mail. SUSCRÍBETE GRATIS AQUI
Twittear |