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sábado, 25 de abril de 2015

No será fácil para la banca pública. Por Tomas Socias


TOMÁS SOCÍAS | EL UNIVERSAL

La providencia del Cencoex que determinó que las divisas para los cupos de viajero serán gestionadas por la banca pública, representa un gran reto y un gran problema para la las instituciones financieras del Estado.

No es nada fácil el problema que este sector tiene que resolver, porque no son mil, ni dos mil, ni tres mil usuarios nuevos que tendrá que absorber, sino que se trata de 3.5 millones a 5 millones de tarjeta habientes que deben ser atendidos y con eficiencia.

No es para nadie un secreto que el Estado tiene la red más grande de instituciones financieras, por la cantidad de bancos que han pasado al Ejecutivo. El problema está en la capacidad del sector para prestar este servicio a personas ávidas de ser atendidas.

En primer lugar hay que tomar en cuenta la capacidad operativa para atender a los usuarios. Las páginas web de los portales están bloqueadas para este servicio y cuando las personas acuden a las sedes de los bancos a preguntar, les dicen que hay que esperar unas dos o tres semanas, "hasta que el Cencoex aclare la providencia".

También la banca debe pensar en las costumbres de la gente. Este no es un tema baladí, puesto que desde que está vigente el mecanismo de asignación de divisas para viajeros, cada banco había desarrollado su propio sistema. Algunos elaboraban las carpetas, otros atendían determinados días de la semana, a determinadas horas, y a esto se acostumbraron los usuarios.

Ahora no se sabe siquiera si la banca pública tiene el plástico para las tarjetas de crédito. Y no es por un afán fatalista. Lamentablemente, hemos tenido experiencias no muy positivas con varias instituciones financieras del Estado, donde la plataforma tecnológica no funciona muy bien.

Incluso, hasta las llamadas telefónicas están fallando, ante la cantidad de gente que marca los números de atención al cliente para solicitar información.

Igualmente debemos mencionar el tema de la disponibilidad de divisas, pues hasta este momento no se sabe si realmente esos dólares llegarán a manos de los usuarios que deben migrar a la banca publica.

Atender a tres millones de personas, por mencionar la cifra mínima, no es físicamente fácil. Si en un día normal, gran parte de las agencias bancarias están a reventar, imaginen el volumen de usuarios en cola, cuando efectivamente se concrete la providencia del Cencoex.

La modificación de los cupos ya está ocasionando trastornos a los usuarios, como la cancelación de reservaciones y viajes. Y no sólo de vacaciones, sino de negocios y por motivos de salud.

Pensamos que, como siempre, el Ejecutivo tiene la última palabra y aún esta a tiempo de corregir, porque la medida ha terminado por afectar a la clase media, afecta o no al oficialismo y esto, al final, causa molestias.

Los cambios en la política de asignación de divisas deben darse, pero para mejorar y no para perjudicar a los venezolanos que sienten, y con razón, que sus dólares a los cuales tienen derecho, porque de paso, no son regalados.

Analista económico y político

Tsocias@cantv.net


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