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lunes, 13 de julio de 2015

Luis Vicente León: El bachaqueo funciona como un estabilizador social


El director de Datanálisis -firma que acaba de cumplir 30 años- reconoció haberse reunido con Nicolás Maduro para plantearle su visión crítica

Fabiana Renzullo / Diario El Tiempo

Luis Vicente León es consciente de que navega en aguas enfrentadas (la mayoría de las veces turbulentas) de la opinión pública. Pero lo hace con cierto sentido del humor, con una tranquilidad que intenta transmitir con vehemencia, dando a veces la sensación de ser irreverente. Sabe que al final, el trabajo de una encuestadora sólo busca retratar la realidad del país y no decirle a alguno de los bandos en conflicto lo que quieren que pase. La única dificultad es lo escurridiza y difícil de pulsar que son las verdades.

Cuando comenzó a trabajar en Datanálisis -empresa que el pasado 8 de julio cumplió su 30 aniversario- no imaginó la magnitud de la tarea que tenía por delante: reflejar escenarios políticos y económicos por vías estadísticas dentro de un panorama tan convulsionado. Pasó de iniciar su carrera en la investigación de mercado (compartiendo reuniones en una misma mesa redonda junto a sus dos socios hace 25 años), hasta convertirse en el director de la firma con más de 100 empleados y alianzas en países como Panamá y República Dominicana. León ahora sortea tanto elogios como reproches.

-Datanálisis cumplió 30 años. ¿Qué ha sido lo más difícil de hacer trabajo estadístico en Venezuela?

-Yo no diría que hacer encuestas haya sido mucho más difícil aquí que en otros países de América Latina, donde nosotros también tenemos presencia. La gente tiene la percepción de que acceder a una población muy pobre es difícil. Tiende a pensar que el “subir cerros” para las encuestadoras es más difícil. Mi experiencia indica que eso no es verdad, la gente pobre quiere manifestarse y no hay una barrera real para entrevistarlos. No es verdad que se sienten atemorizados por decir qué consumen o por quién van a votar. Quizá las barreras, paradójicamente, están en los estratos más altos, es mucho más difícil que te abran la puerta en el Country Club de Caracas y te respondan una encuesta que en las zonas populares. Yo diría que las barreras recientes para hacer entrevistas son tres: la primera es la inseguridad, que hace más difícil los procesos de entrada para los encuestadores. Segundo, el tema de competir con el bachaqueo. Parece mentira, pero hace que los encuestadores prefieran bachaquear en lugar de hacer encuestas. Pero en realidad el problema y lo más difícil ha sido, ya teniendo la data y luego de haber hecho el análisis, tener que publicar la información.

- ¿Por qué es más difícil la publicación?

-Por la polarización, ya son casi 20 años de polarización política que hace que los extremos hayan divido al mundo en buenos y malos.

-Pese a eso, Maduro lo ha catalogado como un “opositor serio”, como alguien con quien puede sentarse a dialogar.

-Y también el presidente Chávez, pero ahora la oposición también. Chúo Torrealba o Henrique Capriles que utilizan nuestra data para definir el pensamiento de la población, también lo hace Fedecámaras para demostrar la conexión con el sector privado, la banca y los medios internacionales. Cuando tú resistes las tentaciones y los ataques, lo que termina ocurriendo es que esos que te atacan al final se enfrentan a la realidad. Los que sólo dicen lo que unos quieren escuchar sirven para un momento, pero luego te desechan. El único escenario con el que se puede sobrevivir es con la objetividad porque al final todos necesitan saber lo que está pasando y no lo que quieres que pase.

-¿Se ha reunido o ha conversado con el Presidente, de manera formal o informal?

-Sí, a lo largo de estos años he tenido la oportunidad de conversar con él. Además, desde una óptica interesante porque han sido muy respetuosos de mi evaluación crítica. No lo han hecho para convencerme o presionarme, sino para entender una visión distinta. Yo creo que el gran problema de Venezuela es la falta de entendimiento y de respeto.

-¿Y qué le ha dicho durante esas reuniones a Maduro?

-Lo mismo que te digo a ti y a los periodistas, que le digo a mis clientes, lo que digo en un programa de televisión, no hay nada nuevo. Yo soy una persona completamente transparente. Yo me puedo reunir feliz con quien me invite. Al presidente Maduro le he dicho que el control de cambio no sirve y que ese control es el responsable de lo que está ocurriendo con las distorsiones cambiarias. Que los controles de precios son completamente inadecuados, que generan distorsiones brutales y que no resuelven la inflación, sino la estimulan. Que es indispensable reunirse con el sector privado porque sin la intervención de ellos no hay posibilidad de desarrollo.

-¿Y qué le dice a la oposición?

- Que son absolutamente débiles institucionalmente, no tienen una propuesta país. La gente no tiene ni la más remota idea de lo que ellos están proponiendo como una alternativa. La gente siente que salir del chavismo puede ser un brinco al vacío y no se puede pretender que las personas voten solamente por ir en contra de Maduro o del chavismo. Tienen que enamorarse de ti y tú no estás haciendo nada para que eso ocurra. En cinco meses puede pasar cualquier cosa- incluyendo que pierdan las elecciones- si no eres capaz de unificarte ante las presiones del entorno.

-Muchos miran a las encuestas esperando encontrar porcentajes altos de disconformidad ante la situación del país. Se espera que los barrios reaccionen a la grave crisis económica y que eso se traslade a los resultados electorales, pero eso aún no ha ocurrido. ¿Es probable que la realidad de los barrios sea distinta a la percepción que se tiene normalmente en otros sectores de clase media?

-Aquí hay muchas aristas. Lo primero es que hay un umbral de bienestar que marca la evaluación que hace la población de los problemas del país, y que la gente evalúa en función de sus expectativas. Por ejemplo, si tú evalúas el servicio de agua en Petare y en Chacao ¿Qué se puede esperar que ocurra? En Chacao no existe una sola casa donde no salga agua del grifo, por lo que puedes presumir que al evaluar el servicio el resultado será mejor que en Petare en donde no llega el agua directa. Pero esto es una visión simplista de la realidad. La evaluación del servicio en Petare, donde no hay tuberías, puede ser equivalente en positivo a la que hace la gente de Chacao. Esto ocurre porque en Chacao una persona te dirá: el agua es turbia, me mancha las piezas sanitarias y no puedo beberla directo del grifo. Para ella, el servicio no es adecuado. Pero cuando vas al barrio 5 de Julio en Petare y pides que evalúen, te dicen que es buenísimo porque simplemente antes no había ningún servicio de agua. Antes, Yubileisis tenía que ir al tope del cerro a buscar el agua con un tobo y ahora el alcalde Ocariz manda un camión cisterna que pasa tres veces a la semana. El servicio para esa gente no puede ser sino excelente. Las necesidades y las expectativas son distintas para una misma población.

- ¿Es decir que parte de la población aún no ve la gravedad de la situación?

-Bueno, hay que aclarar que en este momento 84% de la gente siente que el país está mal o muy mal sin importar su estatus porque el problema se metió en su casa. Ya no es un reporte del Banco Central ni un artículo en el periódico, es una inflación que afecta su vida y una escasez que los obliga a hacer malabares para comer. Esto tampoco quiere decir que la crisis va a explotar y que habrá una explosión social que tumbará al Gobierno. El tema es más complejo porque la gente está dedicando más tiempo a conseguir productos o a bachaquear que a construir una lucha para resolver sus problemas.

-¿Estamos sobreviviendo?

-Sí, y en ese dedicarse a sobrevivir una cantidad importante de la población pobre recibe una transferencia de dinero de parte de la población media y alta que le compra los productos del bachaqueo. Eso genera una redistribución de ingresos que provoca una estabilización en la base de la pirámide porque están recibiendo dinero de la población con más poder adquisitivo. Eso es un estabilizador, pero también es verdad que hay miedo y eso funge como un represor. Las protestas del año pasado dejaron 44 muertos y miles de presos, incluyendo a un líder político, y a una diputada sacada del congreso. No es tan simple reactivar esa lucha cuando hay miedo. No se puede hacer un análisis lineal pensante del entorno, el mundo ha demostrado que a veces hay crisis, pero no explosión, a veces no hay crisis pero sí hay explosión y que también puede haber crisis y explosión. Todos los escenarios están abiertos.

- ¿Cómo ha aumentado el porcentaje de jóvenes que desean emigrar del país?

- Hemos hecho estudios, pero no sabemos cuántos venezolanos hay fuera del país. Por ejemplo, nuestra investigación permite visualizar que 46% de la población dice que si tuviera una opción se iría. Pero sólo 11% ha hecho trámites concretos para buscar información de cómo irse, de los cuáles sólo 3% se puede concretar. Sin embargo, eso representa 600 mil personas que podrían tomar la decisión con seriedad. Es bastante.

- ¿Cuál prevé que sean los indicadores de inflación y PIB?

-Este es un año de crisis severa, pero donde además no hemos llegado al clímax, ni estamos cerca de ello. Vamos a verla mucho más fuerte. La inflación rondará el 140% o 150% y vamos a ver más escasez junto a una contracción de alrededor de 6% del PIB al cierre de 2015.

Polarización y encuestas

-Por el tema de la polarización, tanto opositores como oficialistas cuestionan la interpretación de resultados de la encuestas y lo acusan de amoldarse a la visión de alguno de los bandos. En ese sentido, ha tenido que soportar muchos señalamientos ¿Es común esa diatriba en otros países?

-Sí, es muy común esa diatriba. De hecho, es tan común que en países como Francia han prohibido la publicación de encuestas una semana antes de las elecciones para evitar que el debate tenga influencia sobre los resultados. Pero yo creo que es un error, el debate es natural y no sesga el resultado, sino que ayuda a tomar decisiones. Las diatriba en América Latina son famosas porque siempre tratan de atacar al encuestador cuando no les está yendo bien pensando que eso puede minimizar el impacto que tiene el hecho de que la gente sepa quién está ganando.

-¿Alguna vez Datanálisis ha sido víctima de la censura?

-No, yo no diría que hemos sido víctima de la censura.

-¿Y de autocensura?

-No, de la autocensura no. Porque aunque da miedo y ha sido difícil, estos 30 años hemos estado comprometidos con la objetividad y por eso es que hemos sido víctima de ataques brutales. Y no me refiero solamente a los del Gobierno. Los ataques no sólo vienen del lado del Gobierno. Los ataques más fuertes para nosotros vinieron cuando tuvimos que decir que Chávez iba a ganar las elecciones o cuando decíamos que el chavismo era más fuerte que la oposición. Ahí la oposición se enfurecía y te decían que estabas comprado, que había manipulación, pero luego pasan los años y se dieron cuenta que era verdad. Pero el tema más difícil de todos es que mucha gente pensaba que teníamos que contribuir con una causa porque esto era una lucha entre el bien y el mal y tú no puedes decir la verdad si la verdad favorece al malo.

- Hacer trabajo de encuestas en un ambiente tan polarizado y con tantas elecciones por año ¿Es rentable? ¿Siente que ambos lados confían en los resultados?

-Sí, el hecho de que Datanálisis haya sido atacado por ambos lados y nunca hayamos cedido, que hemos estado absolutamente comprometidos con la objetividad es una prueba de la confianza. Porque cuando tú te sesgas, te aplauden muy duro tus mercados, te ovacionan y puedes ganar mucho dinero- porque al final todos están dispuestos a invertir para decir que son fuertes- pero todo eso es efímero y lo he visto. He visto grandes encuestadoras que fueron referentes, pero que por casarse con sus clientes dejaron de ser esa referencia y luego desaparecieron.

Termómetro

El director de Datánalisis dijo que a ha sido complicado medir el entorno en medio de la polémica. “Se puede perder la libertad de ser termómetro cuando una de las partes siente que si tiene fiebre, tiene que tergiversar la información para ayudar a los buenos”.

“Yo siempre he sido un irreverente”

-Su mamá es de Tovar y su papá de Margarita, una andina y un oriental ¿Nunca hubo diferencias entre los dos? ¿Diferencias políticas en su familia?

-No, no tenían diferencias porque los dos eran adecos (risas). Aunque más adeca era la familia de mi mamá, que la de mi papá. Mi abuelo fue político y participó incluso como presidente de estado en la época en que eso existía. Mi papá en cambio era un retador y un irreverente exactamente igual que yo (risas).

-Y si su mamá se volvía muy radical ¿Usted era el conciliador de la familia?

-No, porque yo siempre he sido un irreverente como mi padre. Aunque yo también tuve una participación política muy joven y también fui representante estudiantil. Así como Bill Clinton fumaba marihuana, yo era adeco (risas).

-Y partiendo de ese interés por la política que surgió antes que la vocación por las finanzas. ¿No descarta hacer política desde algún partido?

-No, no. La universidad se comió mi interés por la política, no tenía tiempo. Yo era muy buen estudiante y estaba muy comprometido con mi formación. Fui representante estudiantil, pero no tenía que ver con partidos políticos. Quizá si hubiese estudiado en esta época la cosa hubiese resultado distinta. Ahora me interesa la política desde el punto de vista de la investigación, pero no desde la participación partidista.

- ¿Nunca ha recibido una propuesta formal de algún partido?

-De un partido no, pero sí he recibido muchas propuestas (risas). Yo creo que hago mejor mi labor desde donde estoy, proponiendo, investigando y criticando. Además, tengo un compromiso con la universidad, cumplí 30 años dando clases en la Universidad Católica Andrés Bello, lo cual ha sido muy rico.


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