Dámaso Jiménez / Biendateao
¿Qué probabilidades hay de que una patrulla con nueve efectivos policiales irrumpa en una buseta con pasajeros y despojen a sus ocupantes de todas sus pertenencias en un atraco a mano armada con recursos dispuestos por la misma ciudadanía?
Los delitos cometidos por la PNB, cuerpo policial creado en socialismo, son cada vez más frecuentes y ya no asombran. Cada vez son más chantajes, atracos, abusos y secuestros, como si no hubiese diferencia entre el hampa común y en quienes deberíamos depositar toda nuestra confianza para la lucha contra este duro azote que desquicia el país. Cada vez es mayor la impunidad en la PNB y nadie da una respuesta.
Se desconoce por ejemplo, ¿por qué siendo nueve los malhechores uniformados que actuaron contra los desamparados pasajeros solo cuatro quedaron bajo arresto? ¿Será porque seguimos conviviendo en el país del “amiguismo” y el tráfico de influencias?
Según Rogeicer Quintero, chofer del microbús con destino a Maicao atacado por los PNB, los ocupantes en su mayoría niños y mujeres colombianos fueron maltratados, vejados, despojados de sus documentos de identidad, teléfonos celulares, dinero en efectivo y tarjetas, por cuatro efectivos –jóvenes todos- mientras el resto daba órdenes desde la camioneta Hillux blanca perteneciente a la PNB de San Francisco que luego desapareció. Fueron descubiertos porque los pasajeros no se dejaron intimidar y llegaron hasta el propio cuartel que los amparaba para señalarlos.
Aunque el gobernador del estado Zulia, Francisco Arias Cárdenas, calificó de “vergonzante y detestable” la situación que ha erosionado enormemente su credibilidad como garante de la seguridad en la región, aún ninguna autoridad de este novedoso cuerpo ha resarcido el daño causado a las víctimas ni ha habido pronunciamiento alguno sobre las extrañas circunstancias que llevaron a estos patrulleros a cometer una acción tan surrealista para un cuerpo policial en sus cabales.
La acción deja abierta incluso la duda sobre el componente real que integra este cuerpo armado, al punto que comienza a despertar suspicacias y desconfianza entre una población que sufre los embates del hampa desatada incrementada en un 35% en lo que va del 2015.
Para nadie es un secreto que la tasa de asesinatos en el estado Zulia es de 50 por cada 100 mil habitantes, cinco veces más de lo que establece la ONU para considerar una región como epidemia de muerte. De noche las calles en todos los cuadrantes están a merced de la oscuridad por la carencia absoluta de alumbrado público. Quienes caminan o esperan transporte público saben que están a merced de los motorizados que hacen estragos. Hay esquinas donde se escuchan los gritos cuando no disparos, pero nos acostumbraron a vivir en un sitio donde nadie hace nada hasta que amanece.
Llama la atención que 2 jóvenes concejales de Maracaibo hayan salido adelante con sus investigaciones ante tan álgido panorama delictivo, al punto de ofrecer datos espeluznantes.
Leonardo Fernández considera que el gobernador zuliano ha perdido el control del estado ante 5 mega bandas que operan en la región, a pesar de tener a su disposición una policía regional, otra nacional y una tercera –Polimaracaibo- completamente a su disposición por estar intervenida sin causa aparente.
Y Ángel Machado, quien desnuda el componente de la PNB asegurando que están integrados por colectivos de choque creados por el chavismo y bandas armadas a los que se les ha permitido ingresar a este cuerpo.
¿Quiere decir que podríamos estar en presencia de efectivos que portan una licencia, un uniforme y un arma de reglamento, no para enfrentar el delito sino por el contrario, para aminorar, delinquir o extorsionar al ciudadano?
No hay respuesta, pero las denuncias no se han hecho esperar y hay quienes consideran necesario una depuración o intervención inmediata de este cuerpo policial.
Por menos de lo hasta ahora visto una comisión del gobierno nacional aún mantiene intervenida el cuerpo policial preventivo dependiente de la administración municipal.
La noticia en este punto es que Polimaracaibo podría ser expropiada en los próximos días precisamente para darle viabilidad a la PNB en Maracaibo.
Próxima a cumplir 180 días de intervención el propósito del gobierno a través del Ministerio de Interior, la gobernación del Zulia y la comisión centralista liderada por Freddy Bernal es despojar a Maracaibo de su policía municipal y entregar toda su infraestructura y las cuatro sedes a la cuestionada PNB.
De las 39 unidades para el momento de la intervención solo quedan 4 patrullas y 15 motos de las 247 que existían para inicios del 2015. La intervención no solo ha provocado el cierre técnico de Polimaracaibo, sino también el incremento del auge delictivo en los 4 cuadrantes metropolitanos que son su responsabilidad (Olegario Villalobos, Santa Lucía, Juana de Ávila y Coquivacoa)
Si así detuvieron una unidad de transporte público en horas de la madrugada para maltratar y despojar a los pasajeros de sus pertenencias en un vulgar atraco, mañana ese mismo cuerpo policial podría irrumpir sobre negocios, casas de familia, implementar cobro de vacuna, allanar residencias sin ningún procedimiento jurídico, perseguir, secuestrar, disparar o matar a la vista de todos como ocurrió con Kluiverth Roa, quien murió por saña a quemarropa en febrero pasado por el arma mortal de Javier Mora Ortiz, un efectivo de 23 años perteneciente a la PNB.
Seguimos sin respuestas.
@damasojimenez
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