Una administración que pretende procesar al mejor economista del país y al más destacado empresario de alimentos es un régimen dispuesto a hambrear a todo un pueblo y destruir, aún más, la economía del país, lo que traerá como consecuencia mas desabastecimiento, mayor inflación y un considerable desestímulo a la inversión.
Nitu Pérez Osuna / Noticiero Digital
Venezuela está a las puertas de un proceso electoral para elegir a sus representantes ante la Asamblea Nacional. En aproximadamente 40 días deben realizarse dichos comicios y ante esta nueva arremetida de la administración de Maduro una se pregunta: ¿la dictadura quiere perder las elecciones de todas, todas, se las robará o promueve el que no se ejecuten en virtud del agravamiento de la crisis socio-económica y política existente que impulse un estallido social a nivel nacional?
Todas las encuestas señalan el enorme descontento del pueblo venezolano con el “proceso chavista”. En las colas de los abastos, mercados y supermercados, en farmacias y boticas, hospitales y clínicas privadas, en comercios formales e informales se escucha la protesta diaria de padres y madres de familia a quienes se nos agota la paciencia y se nos acrecienta la indignación de sobrevivir en el país con las mayores reservas de petróleo del mundo, pero donde no se encuentra el papel toilette, toallas sanitarias, granos en todas sus variedades, café, leche y pañales.
En la tierra de Bolívar, los enfermos se mueren por la ausencia de medicamentos -ni aspirinas hay- y otros son masacrados con las balas y granadas disparadas por los delincuentes que actúan amparados por la impunidad. Balas, granadas y armas de alta potencia que solo están autorizados de importar y vender empresas del Estado. Es que nuestro galardonado Cadenas tiene mucha razón cuando escribe que nuestra Venezuela se encuentra hoy “disminuida y empobrecida. Ensombrecida, envilecida y triste, como nos la legó un megalómano que se creyó líder intergaláctico e inmortal”, pero no es menos cierto que el tiempo biológico de esta revolución se acabó. El 80 por ciento del país quiere salir de la anarquía y reconducirlo por la senda del progreso, justicia y paz.
No soy amiga de Lorenzo Mendoza ni de Ricardo Hausmann, recuerdo haber entrevistado al primero en el marco de un evento universitario, al segundo jamás le he visto y me culpo por mi poca destreza profesional para conseguir de ambos un programa informativo y de opinión en tiempos de democracia. Pero lo que sí se, es que Hausmann está capacitado para planificar desde una cantina, hasta una institución interamericana o mundial de desarrollo, así como Mendoza, puede activar una producción que alimente a toda una nación generando empleos a miles de venezolanos. Ambos profesionales han demostrado que son auténticos venezolanos preocupados por el colapso total del país y, ocupados de contribuir a la reconstrucción de la economía venezolana. A ellos, mi reconocimiento.
pereznitu@gmail.com
@NituPerez
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