MIGUEL BAHACHILLE M. | EL UNIVERSAL
La peculiaridad que cree transmitir el oficialismo "al pueblo", a través de gran cantidad de medios que controla, sobre la certeza de tener cuantificados lo que visiblemente no posee (votos), es tan débil que sus seguidores comienzan a dudar de la cordura de los parámetros curvados por el gobierno. Hablar de "votantes cautivos" en esta crisis es negar todo juicio crítico del vecino que sobrevive en minusvalía y sujeto a cifras inflacionarias que lo empobrece día a día. Veamos cómo se juzga la gestión del gobierno.
Según encuesta de Datanálisis el 87,2% de los venezolanos considera que la situación en el país es mala, mientras solo el 11.7% cree que es buena. El 80% evalúa como negativo el sistema de abastecimiento de alimentos. El 60,5% del presupuesto familiar se va en medicinas y 51,5% en cuidado personal. El 72% no cree en la supuesta "guerra económica" que libra el Gobierno contra la "derecha"; el 23,9% la considera posible y el 3,7% no respondió.
Otros indicadores como la inflación, factor que se traslada al parroquiano sin que nadie lo decrete, evidencia el desgaste de "algo bullicioso" pero carente de organicidad como, por ejemplo, de un programa financiero acorde con los ingresos del país. El último informe del BCV correspondiente al año 2014 registra un incremento del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) de 68,5%; superando en 56% el de 2013. Ello en términos prácticos significa que el pésimo manejo económico del Gobierno ha trocado el billete de Bs. 100 de 2014 en uno de Bs. 32,50 para enero del año en curso. ¿Ganar con qué; con ese débito?
Aunque el BCV no publique el índice inflacionario correspondiente al año en curso, el vecino acosado por la escasez siente cómo se va empobreciendo ante el diario incremento de precios en todos los ámbitos de su vida cotidiana. También sabe cómo el oficialismo lía los bártulos para "propagandear" con cifras irreales.
Por ejemplo, reciente estudio del Cendas indica que la cesta básica está en Bs. 62.000,59; 14,6% más respecto del 2014. Asimismo que los útiles escolares en el mismo lapso se han incrementado en 355%. Reciente estudio de una entidad de prestigio mundial como Bank of América señala cómo el proceso inflacionario asuela al país. Estimó la inflación de 172,4% para finales de año. ¿Ganar con eso?
El pueblo hace colas, consciente que los productos de consumo frecuente como verduras, leche, pollo o harinas, cuando están disponibles en expendios usuales, vendrán incrementados de un día a otro. La mayoría, sobre todo el pobre, ya aprendió que no es cuestión de Mercales, operativos ocasionales en camiones ni afrontando una supuesta guerra económica, como se aborda esta trama demoledora. El desastre lo ocasiona una política de Estado orientada a hundir los sistemas productivos y distributivos.
El conflicto social creado por esta revolución no solo implica el ámbito empobrecedor referido en párrafos anteriores. La inseguridad personal ha degradado nuestra calidad de vida al punto de convertir a Venezuela en el segundo país con mayor cantidad de homicidios con una tasa de 82 muertes violentas por cada 100 mil habitantes en el 2014 (Observatorio Venezolano de Violencia). En otras palabras, el pueblo mal alimentado también debe soportar la arremetida del hampa despiadada. ¿Ganar con eso?
"Con eso" es improbable presagiar el triunfo oficial, tanto del punto de vista hipotético como práctico. Sería suponer que las cifras aludidas, "como detalle", nada significan para al pueblo padecido. Por ejemplo, se ha llegado al extremo de considerar las víctimas por accidentes viales como casuales o virtuales, de "segundo orden", ante la frecuencia de muertes por armas de fuego y, ahora, por armas blancas. ¡No!, las muertes en las carreteras ocurren por abandono de los programas de seguridad vial. ¿Ganar con eso?
Si el oficialismo pretende optar por algún chance, aunque remoto, de ganar cualquier elección futura, no la del 6-D que ya está perdida, debe concentrarse en cotejar la realidad del pueblo con el heterogéneo discurso de los que se escudan en medios de comunicación para mentir. Ya no convence ni al más lerdo el asunto de la guerra económica ni de usureros que guardan mercancías para especular; tampoco que la inseguridad es incitada por paramilitares y menos que el caos social sea un plan siniestro provenido del Norte. ¡No se gana con eso!
El gobierno no goza de prórroga para seguir jugando con trances que afectan la vida de cada venezolano. ¿Va el trabajador a su destino diario confiado en la seguridad? El Presidente se advierte desligado de las pavorosas cifras que nos inquietan. Cada ciudadano, por el contrario, no puede abstraerse de ellas porque están marcadas por causas y fechas. La multitud democrática, es decir, la mayoría, sí tiene fecha cierta pero de reiniciación democrática: el 6-D
miguelbmer@gmail.com
@MiguelBM29
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