ORLANDO VIERA-BLANCO | EL UNIVERSAL
Los actores políticos de oposición que conforman la nueva mayoría de la AN y aquellos que se mantienen en el liderazgo de disidencia y contención, siguen haciendo esfuerzos nobles, valientes y eficientes en aras de lograr el cambio para una Venezuela posible. A pesar del letargo y la sensación de atascamiento país, nadie dude que ese cambio llegará, quizá no con la prontitud que deseamos, pero sí con el inevitable hartazgo histórico que la anarquía republicana que vivimos otorga.
En el caso de María Corina Machado, su programa de "Rescate país" y "En cien días Venezuela será otra", su visión de la transición política no es sólo clara sino acertada y de vanguardia. María Corina no se detiene recorriendo el país y llevando un mensaje de fe y valiente desafío, cruzada que ejecuta amaneciendo o anocheciendo (en penumbras), en los abandonados y depauperados pueblos y ciudades de Venezuela. "Que profundo dolor me constriñe el pecho Orlando, cuando llegada la noche recorro hermosos pueblos de nuestra Venezuela adentro, y los veo en silencio y en la más profunda oscuridad, todos confinados por falta de electricidad y seguridad". Así se expresó esta valiente mujer que no le teme a las sombras ni a la soledad, para llevar su mensaje de otra vida para Venezuela.
Recientemente María Corina volvió a la AN, ahora como oradora del Día de la Mujer. No fue más propicia la ocasión para que este indoblegable talante de la mujer venezolana, enalteciera sus valores y virtudes, lanzando el desafío de la renuncia, como es su decir "con el ímpetu, pasión, gallardía, nobleza e incluso ingenuidad, propia de nuestras mujeres". Siguen siendo estas demostraciones de valor desbordado, inmensa emocionalidad y amor por Venezuela, demandas que todos los venezolanos sin excepción, debemos reconocer, aplaudir y acompañar. Y la mejor forma de reconocerlo es tomando conciencia, no sólo de los riesgos que ella asume, sino los que tenemos que tomar cada uno de nosotros.
Por su parte, diputados como Luis Florido, presidente de la C.P. de Política Exterior de la AN, conjuntamente con el diputado William Dávila y el líder venezolano en el exilio Carlos Vecchio, han venido agotando una agenda intensa y eficaz en Brasil, Perú, Chile, Uruguay y Argentina, exponiendo en Latinoamérica, la precaria realidad venezolana y la necesidad de activar en el caso de Mercosur, la Carta Democrática del Tratado de Ushuaia (1998). Al tiempo de publicarse esta columna, miembros de esta comisión parlamentaria gestionan la activación de la Carta de Lima o mejor conocida como Carta Democrática Interamericana ante la OEA. Pasos necesarios para continuar impulsando el proceso de cambio, rescate institucional y democrático, que se encomendó el pasado 6D-15.
Vale la pena igualmente comentar los esfuerzos realizados desde la C.P. de Contraloría de la AN por hombres como el Dip. Freddy Guevara (presidente), Dip. Ismael García (vicepresidente) y sus integrantes, quienes mantienen un paso firme en el proceso de investigación de empresas de maletín, beneficiadas por dólares preferenciales de Cadivi, así como la celebración de convenios chinos, cubanos y rusos, donde no queda claro el monto de la deuda adquirida ni los beneficios de los mismos. La Comisión de Política Interior presidida por la diputada Delsa Solorzano, también se ha abocado, entre otros objetivos, a la promulgación de la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional, para lograr la libertad de nuestros presos políticos, el retorno de los exiliados y la culminación de los procesos judiciales en contra de muchos venezolanos presos, expatriados o perseguidos por pensar diferente. Cada una de estas agendas, tenemos que advertir, son complejas y exigen el agotamiento de protocolos y tiempos parlamentarios. Esfuerzos de consensos y participación, que se están haciendo, y producirán sus frutos.
Algunos colegas columnistas, observadores políticos y ciudadanos de a pie (de los cuales no me excluyo), hemos sido críticos sobre algunos aspectos de la agenda de la AN, por no enfocarse de manera más directa y contundente en su oferta MUD hacia el 6D, como lo fue activar una salida democrática, pacífica, electoral y constitucional al presente modelo de poder, decretar la amnistía y restituir la independencia de la AN. Esto último se ha ido cumpliendo, porque queda claro que hoy la AN es una institución rescatada por la mayoría opositora a pesar del saboteo del "bloque por la patria". La amnistía sigue su ruta. Pero el proceso de transición política a pesar del calado de sangre, sudor y lágrimas del liderazgo de oposición, sí debe comportar mayor coherencia. Y esa coherencia reposa en la enmienda, no en otra alternativa...
En todo caso, tengamos paciencia. Nuestros líderes están cumpliendo. Recorren el país, recorren el mundo, enrostran, denuncian y resisten. El tiempo obra en favor de los nobles y en contra de la violencia, la hambruna, la corrupción y la ineficiencia de quienes nos han conducido a la anomia. No tengo duda. El cambio está a la vuelta de la indignación incontenible y de la ansiedad de un país que no resiste más. El país todo pronto estará de vuelta...
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