Marta Colomina / El Nacional
Han pasado varios días desde el regreso a Venezuela de los tres ex presidentes “mediadores” escogidos por Maduro para intentar engatusarnos con un falso “diálogo” a fin de ganar tiempo e impedir que los venezolanos acudamos masivamente a votar en el revocatorio para salir pacíficamente del peor presidente que ha tenido el país en toda su historia. La mudez del trío no nos permite saber si siguen todavía en Venezuela o se convencieron de que solo lograrán lo que se proponen a través de otro golpe inconstitucional dado por el CNE con sus delictivos retrasos en anunciar la fecha del revocatorio y de las no menos delictivas sentencias del tsj (con minúscula). Están tan “cuadrados” con Maduro, que luego de dos semanas largas de haber decidido que se incorporaría a un representante del Vaticano a la mediación, hasta hoy La Iglesia no ha sido formalmente invitada a participar en tal “diálogo”. La carta que habría enviado hace tiempo Zapatero a Fidel Castro (aireada estos días) nos ilustra el porqué Maduro escogió al personaje de marras. Aquí va un párrafo: “Di instrucciones a mi ministro para que no abogara por los ‘presos políticos’, que no son otra cosa que mercenarios al servicio de una potencia extranjera, traidores a la patria o terroristas que pretenden socavar los cimientos de la gloriosa revolución”. Recordemos los negocios del susodicho y su ex canciller Moratinos, en sus numerosos viajes a Cuba, de los que hay testimonios gráficos. De otro de los “mediadores”, el dominicano Leonel Fernández, la aguda colega Marianella Salazar rememoraba en El Nacional (“Secreto a voces”) “los hallazgos encontrados en las computadoras del fallecido portavoz de las FARC, Raúl Reyes, donde se señalan los negocios con petróleo venezolano por vía del mercado negro. Una de las alianzas más emblemáticas en ese tráfico ilegal fue la del gobierno de Leonel Fernández y de su mano derecha, alias ‘Miguelón’, quien sirvió de mula para el envío a las FARC de dinero en efectivo proveniente de Venezuela, por orden expresa de Chávez. Siempre discreto y actuando como motolito, Fernández –junto al ex presidente Torrijos, miembro del llamado Clan Chavista C. A panameño y el servil negociador de comisiones militares y confeso admirador de la tiranía cubana, Rodriguez Zapatero, ... son hoy aliados claves de Maduro para evitar el referéndum revocatorio, con el diálogo como pretexto”.
También el gran articulista, Carlos Blanco subraya que “la estrategia del régimen es cansar a los demócratas. Siempre hay un nuevo trámite para el revocatorio. Se ha dicho que el tiempo trabaja en contra de Maduro porque el hambre es inclemente. Pero hay otro tiempo que trabaja a su favor que es el de anular los caminos para reemplazarlo” (El Nacional, “Desgaste, rehenes y Padrino”). Ernesto Samper, otra ficha chavista (acusado de narcotráfico cuando fue mandatario colombiano), desde la inmerecida tribuna de la Secretaría General de Unasur, pidió al presidente de la AN, Henry Ramos que sostuviera una reunión con Maduro, mientras este anunciaba que “el gobierno solo fijaría la fecha del revocatorio si hay diálogo” y seguía insultando a Ramos Allup, a la AN y a otros dirigentes opositores: “La AN es decadente, inútil, inservible, repudiada por las grandes mayorías del país. Y su máximo símbolo de una época de decadencia, Ramos Allup... Las leyes presentadas por la bancada opositora las hacen los bufetes de los multimillonarios. Se las envían por correo electrónico desde Miami. Tengo pruebas”, despotrica Maduro, quien miente cada vez que habla. El repudiado por 90% de los venezolanos es él, no la AN, y aún estamos esperando la primera ‘prueba’ de los inventados intentos de magnicidio en su contra. “En Venezuela –había vociferado Maduro un día antes– solo hay dos modelos, la lengua del veneno de Ramos Allup y los que amamos este país”. (Recordemos que “hay amores que matan”). A Carlos Ocariz lo llamó “el rey de los bachaqueros y los malandros”, como si los bachaqueros de Petare no actuasen con visible permisividad del poder central y los “malandros”, extendidos por toda Venezuela, no fueran prueba del fracaso de la militarización e ineptitud de su gobierno. La respuesta opositora a Samper fue clara: “Diálogo no se iniciará sin revocatorio”.
El cinismo oficial bate récords. Con más de 70 días de retraso en el referéndum, Lucena acusa que “no se han terminado de cumplir los requisitos para el revocatorio”. Nadie entiende que habiendo aprobado este miércoles “por unanimidad del CNE el informe de 1%”, mañana lunes 1º de agosto, ese mismo CNE “discutirá el informe de huellas de 1% y revisará el informe de auditoría de validación de huellas recolectadas por la oposición para el referendo”. No nos extrañemos que el tsj acepte la mentira del PSUV de “fraude” en las firmas, como han venido gritando Jorgito y la Fosforito. La oposición salió pacíficamente a la calle para solicitar al CNE la fecha de recolección de 20% de las firmas y se encontró con una enorme valla de militares y policías armados impidiendo el paso; las 5 estaciones más importantes del metro con las puertas cerradas dizque para “resguardar a los usuarios” y un autobús de la alcaldía de Vargas atravesado en pleno canal La Guaira-Caracas, para que los guaireños no se unieran a la marcha hacia el CNE. A sabiendas de los delictivos cierres, la vocería oficial pretende engañar y autoengañarse diciendo que “fue “poquitica” la gente que marchó con la MUD” y “La marcha evidencia la falta de movilización opositora”, aterrados como están ante el 64% que hoy revocaría a Maduro según las encuestas.
Nicolás anda a la deriva mientras las democracias del mundo apoyan el revocatorio y rechazan las prácticas totalitarias que incluyen graves torturas a los presos políticos, como denunciase HRW esta semana. La AN acaba de aprobar la reincorporación de los diputados de Amazonas, después de 7 meses sin que ni el CNE ni el tsj pudieran presentar prueba acusatoria alguna, ni convocasen nuevas elecciones. Ahora amenazan con encarcelarlos, un rasgo más del carácter dictatorial del régimen, que cierra el mes con una nueva aberración; la de esclavista. Maduro, en pleno desvarío, y sin consultar a los trabajadores públicos ni privados, acaba de aprobar un decreto que los obliga a prestar trabajo gratuito para una improvisada labor agroalimentaria oficial, destruida hace tiempo con los “exprópiese”. Los trabajadores, empobrecidos y hambrientos en su mayoría, cuando no enfermos por falta de alimentos y medicinas, se declaran en desobediencia ante ese decreto de “trabajos forzados” que pretende convertir a la moribunda revolución en una esclavitud peor que la de la Colonia, y con ella acabar con lo poco que queda en pie del aparato productivo nacional. Lo dijo esta semana el Banco Mundial: “A Venezuela le ha ido pésimo porque no supo administrar la bonanza”: la corrupción y la incapacidad acabaron con ella.
PD: Viernes, 9:00 am, Henry Ramos Allup acaba de denunciar que el Sebin (¿como hienas?) “merodea la AN para detener a diputados de Amazonas”.
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