Brian Fincheltub / El Nacional
Después del doctorado honoris causa otorgado por la Universidad Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro es reconocido nuevamente, esta vez internacionalmente. Venezuela retumba de orgullo y alegría por la distinción que le hizo la Universidad de la Plata en Argentina al jefe del Estado, quien se hizo acreedor, por unanimidad, del Premio Rodolfo Walsh por su esfuerzo en la “consolidación de la democracia y la comunicación popular en Venezuela”.
No todos los países del mundo tienen un presidente doctor y además comunicólogo, ese lujo solo lo tenemos nosotros. Pero es que no podía ser de otra manera, Maduro ha demostrado unos dotes para comunicar y para transmitir ideas difícilmente equiparables por cualquier otro político, aunque hay uno que pudiera hacerle sombra en el gabinete, hablamos del nuevo ministro de Interior y Justicia, Gustavo González López, pero nada por qué preocuparse, aún le falta mucho carisma. Después de Martin Luther King la tierra no había parido un orador así, tampoco los padres de la democracia ateniense imaginaron que miles de años más tarde iba a nacer un hombre que haría contribuciones a la democracia tan fundamentales.
Obviamente siempre habrá críticos, pero los grandes hombres de la humanidad lo han tenido. No es fácil combatir al monopolio mediático cuando se controla la gran mayoría de los canales de televisión, radios y prensa escrita en Venezuela. El medio que no se calla lo compran y si no se vende lo cierran. No hay lugar a dudas, estamos frente al gobierno más democrático de la historia nacional y que más ha trabajado por resguardar la libre expresión en Venezuela.
No vayan a creer que la Universidad de la Plata quiere otra donación del gobierno venezolano. Ellos también han reconocido a Evo Morales, Rafael Correa, Cristina Fernández de Kirchner y al propio Chávez, quien tuvo como mérito haber dejado a miles de periodistas en la calle tras el cierre de RCTV y más de treinta radios independientes.
En definitiva, Maduro se merece su premio, porque se ha esforzado bastante. Auguramos más reconocimientos. Por ejemplo: Premio Nobel de la Paz, Premio Nobel de Economía. Estamos seguros puedes alcanzarlos, si los argentinos vieron en ti lo que nadie vio, los suecos también lo verán.
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