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jueves, 4 de junio de 2015

La situación cambiaria es crítica: estos son los escenarios. Por Asdrúbal Oliveros


Por Asdrúbal Oliveros / Prodavinci

La situación del mercado cambiario en Venezuela es crítica. En lo que va de 2015, el tipo de cambio paralelo se ha depreciado 62,2%, lo que ha disparado el diferencial cambiario a niveles superiores al 6.201,6%. Por otro lado, en el primer cuatrimestre del año y en base interanual, las liquidaciones de divisas al sector privado han caído 71,0% (promedio diario) mientras que la cesta petrolera venezolana ha promediado US$48,0 por barril, 49,8% menos que en el mismo período de 2014.

1. Niveles mínimos de liquidación de divisas. Hasta el momento, el Ejecutivo se ha resistido a realizar ajustes significativos en materia cambiaria: mantiene un esquema de tres tasas oficiales y la mayor liquidación de divisas se sigue haciendo a la tasa Cencoex de VEB 6,3/US$, cuyo nivel de sobrevaluación se ubica en 81,9% al cierre del mes de mayo. El Sistema Marginal de Divisas (Simadi) está liquidando en promedio menos de US$2,0 millones/día, además persisten los problemas operativos y la negativa de las autoridades del Banco Central de Venezuela (BCV) a permitir la libre fluctuación del precio. Desde su creación, el tipo de cambio en Simadi se ha depreciado 30,6% lo que contrasta con la depreciación del tipo de cambio paralelo en el mismo período de 62,2%.

Esta situación tiene impacto directo en el entorno económico: nuestro estimado de inflación subyacente para el mes de abril se ubica en 158,4% (base interanual), las empresas reportan niveles críticos de inventarios y algunos sectores han optado por trabajar directamente con divisas para evitar el cierre de sus operaciones (automotriz y aerolíneas internacionales).

2. Los grupos de poder se activan. En este contexto, diferentes actores cercanos al chavismo (bien sea por haber ocupado en el pasado algún puesto en el gabinete o por estar relacionados con grupos económicos) han venido alertando al Ejecutivo de la situación y proponiendo algunas “soluciones” que permitan, principalmente, mejorar el entorno de cara a las próximas elecciones parlamentarias.

3. El chavismo se mueve en torno a cinco escenarios. Los diferentes escenarios que ha barajado el Ejecutivo para los próximos meses pueden resumirse en los siguientes puntos:

3.1. Devaluación políticamente correcta: Este esquema, ensayado en el pasado por el chavismo y propio de un esquema de tipo de cambios múltiples, le permite al Ejecutivo reducir al mínimo las liquidaciones en la tasa Cencoex y Sicad y, además, comenzar a erogar divisas bajo el esquema de Simadi. Esto buscaría dos objetivos: por un lado, reducir presión en el mercado paralelo y, por otro, un mayor beneficio fiscal.

3.2. Sistema Dual: Este esquema sería una variación del anterior, y fue asomado parcialmente por el diputado Jesús Farías. El Ejecutivo eliminaría la tasa de VEB 6,3/US$ y la tasa de Cencoex pasaría a ser la del Sicad (actualmente en VEB 12/US$), manteniendo el Simadi. Los sectores prioritarios se mantendrían en Cencoex: alimentos, medicinas y cuidado personal. El resto iría a Simadi.

3.3. Convergencia Cambiaria: A pesar de que ha sido descartada, grupos económicos cercanos al chavismo, han insistido en que este esquema sería el más conveniente. En este punto, se destaca el impacto en extremo positivo que tendría sobre el fisco y bajaría las expectativas de inflación en el mediano plazo.

3.4. Correr la arruga: Otros sectores del chavismo, especialmente las facciones militares, son de la idea de mantener el esquema actual, introduciendo mejoras. Señalan que, Cencoex debe seguir atendiendo los sectores prioritarios, convocarse algunas subastas especiales en Sicad para sectores estratégicos y reformar el esquema de participación del sector petrolero en el Simadi. La lógica detrás es que sería peligroso introducir cambios abruptos en el esquema cambiario antes de las elecciones parlamentarias que podrían celebrarse a finales de año.

3.5. El campo minado: Los grupos más radicales del chavismo, son de la idea que la actual situación en el mercado paralelo de divisas es parte de una estrategia política para atacar el gobierno. Su propuesta, buscaría incrementar las importaciones públicas, mayores fiscalizaciones al sector privado, mayor control estatal sobre la distribución de productos básicos, y ensayar mecanismos de seguridad para contrarrestar el efecto del llamado “dólar Cúcuta”. Este escenario sería una continuación de lo que hasta ahora hemos visto.

4. Lo político pesa… como siempre. En los escenarios planteados, el chavismo, en mayor o menor medida, lo que busca es surfear la crisis sin proponer una solución de fondo a la crisis que vive Venezuela. Como siempre lo político sigue privando. Somos de la opinión de que Maduro considera, en la situación actual, arriesgado realizar un ajuste profundo en la economía: primero, su nivel de popularidad es bajo (el peor desempeño en la historia del chavismo). Segundo, el liderazgo dentro de la coalición de gobierno también es limitado. Tercero, no tiene capacidad de tender puentes con la oposición en estos momentos para darle soporte a las medidas. Cuarto, el apoyo internacional también se ha reducido y por último, en pocos meses tiene un proceso electoral en frente. En esta situación, lo que el chavismo mejor sabe hacer es “surfear” la crisis, implementar medidas aisladas, radicalizar el discurso (Guerra Económica) junto con un eficiente aparato de propaganda.

De esta forma, el escenario más probable pareciera ser un híbrido entre la opción 4 y 5: intentar mejorar la liquidación de divisas, mayores importaciones públicas así como mantener el cerco sobre el sector privado.

5. “No hay almuerzo gratis”. Sin embargo, hay que pagar un costo. La situación social se está exacerbando, así como los niveles de descontento. Estimamos que en este año la caída del poder adquisitivo sea de 23,3% (medido a través de la inflación oficial). Por lo que los riesgos en este campo son elevados. Ni hablar de la perspectiva económica: una contracción superior al 7,0%, inflación (BCV) de 130,1% para 2015 y una agresiva destrucción de las cadenas de valor del sector privado, que dificultan una recuperación rápida.


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