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lunes, 14 de marzo de 2016

El péndulo y el cambio. Por José Antonio Gil Yepez


Un giro ocurrió en Venezuela con la elección de la nueva Asamblea Nacional

JOSÉ ANTONIO GIL YEPES | EL UNIVERSAL

Mientras las sociedades no encuentran un centro compartido por la mayoría, su historia tiende a ser pendulante. Eso es lo que parece estar ocurriendo en América Latina, donde el modelo chavista de izquierda estaría pendulando hacia la derecha. La elección de Mauricio Macri en Argentina es un giro hacia la centro derecha, frente al gobierno de izquierda estatista y populista de Cristina Fernández. Un giro similar ocurrió en Venezuela con la elección de la nueva Asamblea Nacional.

En Bolivia, a Evo Morales la oposición le impidió que fuese aprobada la elección indefinida y en Brasil, el régimen socialista de Lula y Rousseff se está deslegitimando por corrupción.

En los ensayos socialistas de Nicaragua, Perú y Ecuador, el péndulo desde la izquierda parece que no va a oscilar al otro extremo porque los respectivos gobiernos de Ortega, Humala y Correa no han sido tan estatistas ni populistas como los de Fernández, Chávez y Maduro. El caso de Honduras es muy ilustrativo. La presidencia osciló entre Porfirio Lobo (izquierda moderada) y Juan Orlando Fernández (liberal moderado). En estos cuatro países el socialismo ha sido más social dada su convivencia con otros poderes: empresa privada, sindicatos e iglesias.

En Venezuela está planteado el pendulazo de la salida de Maduro. Para muchos esa solución se explica porque el chavismo no negocia ni cambia sus políticas desastrosas. Entendido. Pero, la historia dice que nuestros cambios de gobierno han consistido más en sacar a alguien del poder y no tanto en implantar las políticas prometidas. Por eso han persistido el modelo de concentración del poder político, la pobreza y la corrupción. Entonces, ¿será que también es válido plantearse, en vez de un pendulazo, un cambio según el cual, en vez de sacar a Maduro, lo obliguemos a negociar para cambiar sus políticas? Los mecanismos de presión están a la mano en la Constitución. Este escenario es menos catártico pero luce más estable que el mismo Maduro tenga que reconocer y cambiar sus políticas hacia un centro donde nos podamos ver reflejados los pluralistas y los chavistas. Ese sería un socialismo más social.

@jagilyepes


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