TOMÁS SOCÍAS LÓPEZ | EL UNIVERSAL
Por los pasillos de Miraflores se comenta que en los próximos días, el presidente Nicolás Maduro podría decantarse por instaurar un nuevo sistema cambiario, pues el mandatario está claro y sabe que no puede sostener el actual esquema que contempla tres tasas: 6,30 bolívares por dólar para importaciones preferenciales de alimentos y medicinas.
La otra tasa, es la del Sicad, que es de 12 bolívares por dólar, la cual ha sido muy infructuosa y ha causado más problemas que soluciones, principalmente para los viajeros que tantas dificultades están pasando.
Y finalmente, tenemos el Simadi, cuya tasa ronda alrededor de los 200 bolívares por dólar y la cual tampoco hay mucho acceso.
Estos meses, en los cuales se ha agravado la situación económica, estamos viendo las consecuencias de este trío de tipos cambiarios.
Esto lo vemos todos los días en la calle y en los distintos portales web: un dólar negro que ya superó los 400 bolívares y, lamentablemente, es el que está fijando los precios de todos o casi todos los productos y bienes de consumo diario.
En éste, el Ejecutivo está claro y por eso es que sabemos que el Presidente pidió asesoría para establecer un nuevo sistema que tenga, al menos dos tipos de cambio, más sinceros.
Esos dos tipos de cambio estarían entre los 20 bolívares por dólar, al cual se pasarían las importaciones de alimentos y medicinas y los rubros apartados por el Gobierno y el otro estaría fijado por el dólar petrolero en 70 bolívares.
De ser así, la economía recibiría un poco de oxígeno, lo suficiente como para que el Ejecutivo pueda maniobrar y obtener divisas para inyectarlas, principalmente, al sector productivo.
Ya estamos a unos días del inicio del sexto mes del año, la situación económica cada vez empeora más y todo tiende a complicarse con la cercanía de las elecciones parlamentarias que, en unas tres semanas, podrían ser convocadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE), para diciembre de este año.
Nuestros lectores podrían pensar que este nuevo sistema cambiario significaría una devaluación de hecho, que tendría duras repercusiones sobre la inflación. No obstante, los asesores presidenciales le han asegurado que se puede enfrentar este cambio, pues, de seguir como va la economía, Maduro podría ubicarse en una aceptación de 20% y allí sí estaría muy mal.
Sustituir el dólar preferencial de 6,30 va a ser bastante fuerte, por lo cual el Ejecutivo tendría que asumir varios subsidios.
Por otro lado, tendría que tomar medidas adicionales como ajustes de precios en rubros regulados primordiales, de manera que el sector productor pueda reiniciar sus labores.
Asimismo, facilitar el acceso a los dólares es una prioridad para el Ejecutivo, y más ahora que se acercan los comicios. En este caso, el Gobierno está consciente de que la gente está molesta por la escasez y, aflojar las divisas, para reponer inventarios y comprar lo que se necesita en materias primas e insumos, sería una buena señal para el sector productivo.
El aumento salarial aprobado en dos porciones no ha sido suficiente, porque ya se lo comió la inflación y esto se puede comprobar con el aumento casi a diario de los productos, los que se consiguen.
Por el bien del país, el presidente Maduro puede asumir la tarea de resolver el problema cambiario.
Analista político y económico
Tsocias@cantv.net
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