TOMÁS SOCÍAS | EL UNIVERSAL
Las declaraciones altisonantes de los funcionarios del Gobierno, amenazando con aplicar medidas contra el sector privado, con meter presos a los empresarios y asegurando que se confiscarán mercancías para dárselas al pueblo, son completamente contrarias a las promesas de diálogo y acercamiento que en su momento el presidente Nicolás Maduro hizo.
La situación económica del país se viene deteriorando a pasos agigantados y en este momento no hay otra que hacer sino estimular y promover el diálogo. Los distintos sectores de la economía han manifestado estar dispuestos al acercamiento y dispuestos a aportar las soluciones a los problemas, pero bajo la premisa del respeto a las opiniones y dispuestos a escuchar críticas.
El alto costo de la vida que se traduce en un costo altísimo de los productos de primera necesidad, solamente se va a solucionar con medidas concretas y complementarias que pasen de la superficie a tratar el asunto de fondo.
De allí que el diálogo es necesario e indispensable. La pelota está del lado del Ejecutivo y de sus funcionarios, comenzando por el propio presidente Maduro.
La falta de divisas y la poca certeza de que el problema se vaya a solucionar, han ocasionado que directivos y representantes del sector industrial y comercial del país, hayan dirigido cartas y comunicaciones al Ejecutivo, con la finalidad de pedir audiencias con miembros del gabinete económico.
La idea no es que les lancen las puertas en las narices. No se trata de un asunto de poca monta, sino de la salvación del país, cuya economía está en el piso, mientras los venezolanos cada vez sufren más por el costo de la vida.
El aumento salarial que se acaba de concretar no es suficiente, puesto que poner más dinero en la calle, sin tomar otras medidas, lo que hace es poner más presión a la olla de la inflación y la escasez.
La regulación de los precios y el control de cambio siguen mellando en el bolsillo de los venezolanos que se ven obligados a pagar hasta 700 bolívares por un kilo de carne, porque el rubro regulado no se encuentra en ninguna parte.
Y no se diga que con los operativos de venta de alimentos que organiza el Ejecutivo se soluciona el problema, porque 30 millones de venezolanos no se alimentan así.
Aclaramos que defendemos los programas sociales, pero los mercados a cielo abierto y la venta de dos paquetes de harina de maíz, dos pollos, dos potes de leche y un kilo de detergente por persona, no es manera de resolver el problema de fondo que es la distorsión de la economía, por medidas equivocadas.
Estamos conscientes de que ha mermado el ingreso por renta petrolera, peor hay formas de obtener divisas para otorgárselas al sector privado que las necesita para producir desarrollo y crear empleos.
Aumentar el salario en 30% de manera fraccionada no soluciona el problema, porque la inflación, según cifras extraoficiales, ya llega a 50% y decimos extraoficial porque el BCV hace meses que no da cifras al respecto. Lo que pasa es que la inflación es fácil de calcular, si un día compras un producto que te cuesta 100 bolívares y a las dos semanas, lo encuentras en 200 y 300 bolívares. Así pasa y no mentimos.
Entonces, lo que requiere el país es un verdadero acercamiento entre el Ejecutivo y el sector privado, para solucionar el problema económico.
Analista económico y político
tsocias@cantv.net
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