TOMAS HORACIO HERNÁNDEZ | EL UNIVERSAL
Consumismo. Eso es lo que se respira en las calles. Personas comprando como si no existiese mañana. Ahora bien, ese consumismo hay que verlo en detalle, porque lejos de ser un consumismo fomentado por el exceso de liquidez en cuentas bancarias, es un consumismo impulsado por una desesperación e incertidumbre que desespera a los venezolanos.
Las medidas económicas tomadas por Maduro son estrictamente electorales y populistas, y es por eso que no van a funcionar. En Venezuela tenemos un problema económico pero nuestros ilustres tomadores de decisiones atacan las consecuencias del problema pero no la raíz en sí. Rebajar los precios de los productos para frenar la inflación es tan absurdo como pretender curar la herida de una persona que está sangrando, recogiendo la sangre del piso. No tiene sentido.
La escasez de alimentos que tenemos en Venezuela en el año 2013 ha sido la más crítica que hemos tenido en la era de la república militar. Vergüenza deberían sentir en Miraflores por meter la pata de semejante manera. Llevamos más de 10 meses con una escasez por encima del 20%, algo que bajo el mandato del difunto presidente Chávez era impensable. Hoy más que nunca está vigente la frase célebre de las elecciones en abril: Maduro no es Chávez.
Con sus recientes declaraciones y cadenas casi a la media noche (¿por desespero?) el presidente Maduro ha incentivado las "compras" ordenadas y desordenadas de millones de venezolanos. Muy bien. Este mes los venezolanos racionales podrán comprar todo aquello que le permita su bolsillo. Aquellos no tan racionales seguramente podrán comprar todo aquello que le permita el margen de ganancia de la reventa. Vamos a estar claros, alguien que dure todo un día en una cola para comprar un plasma es por dos razones muy sencillas: o no trabaja o trabaja en un comercio que revende mercancía. En todo caso, noviembre va a ser un mes de compras.
Ahora les pregunto: ¿cuál será el escenario en enero? Tradicionalmente, el comienzo de año es duro para la economía y para el abastecimiento en Venezuela. Sin ir muy lejos, este mismo año el pico de escasez de alimentos comenzó justamente en esa fecha, producto de paros laborales forzados, paros organizados, vacaciones, entre otras razones. De tal manera que para enero 2014, luego de 2 meses de circo, precios bajos y "justos", alegría desaforada, y mucha patria, probablemente nos venga un trago muy amargo para los venezolanos.
Ese trago amargo tendrá un origen muy claro: el Gobierno tomó la decisión de no hacer nada para incentivar la producción nacional y a su vez decidió tapar con pega loca las filtraciones de corrupción y fuga de capitales de Cadivi.
Ya no es cuestión de ponerse o no las alpargatas para bailar joropo, sino más bien de preguntarse si esta crisis es el comienzo del fin o el fin del comienzo.
@TomasHHR