A Maduro lo único que le quita el sueño es su obsesión por permanecer en el poder
MARTA COLOMINA | EL UNIVERSAL
A medida que la crisis económica y política adquiere en Venezuela rasgos de catástrofe, el enloquecido régimen de Nicolás Maduro dicta a diestra y siniestra órdenes internacionales de captura en contra de quienes, sin prueba fehaciente alguna, son acusados de un imaginario plan magnicida (el número 13 en 14 meses; es decir, casi uno por mes); su policía política interpela día y noche a todo cuanto disidente critica al Gobierno, como las aguerridas María Corina Machado -contundente en sus giras internacionales- y la dirigente estudiantil merideña, Gaby Arellano, incansable en su protesta con los jóvenes universitarios del país. El Sebin amedrenta a estudiantes, editores, a múltiples activistas de derechos humanos y a políticos opositores con el fin de que cesen en sus tareas de defensa de la libertad y los derechos.
Esta semana la Fiscal ordenó a la Interpol el arresto del exembajador ante la ONU, Diego Arria; del empresario residenciado en EEUU, Pedro Mario Burelli, y del abogado Ricardo Koesling, al vincularlos con un absurdo plan para asesinar a Nicolás Maduro, "develado" por los jefes del partido oficial. Las "pruebas" han sido el hazmerreír de medios y analistas mundiales : el "complot" no se planificó en reuniones clandestinas con militares activos, sino con supuestos "mails" que sus emisores y destinatarios califican de forjados (Burelli ha mostrado pruebas de la falsificación). En las acusaciones por intento de "magnicidio" el Gobierno incorporó a la perseguida María Corina Machado, al abogado constitucionalista Tarre Briceño, al banquero Eligio Cedeño, al exgobernador de Carabobo, Salas Römer, y al embajador de EEUU en Colombia, Kevin Whitaker. La Fiscal "dejó entrever en VTV que los acusados ya son considerados culpables por el régimen: tenemos las pruebas de que estas personas tenían planes para atentar contra la vida del Presidente y de altos funcionarios del Gobierno" -reseña el Nuevo Herald- y añade que "como las personas implicadas se encuentran fuera del país, serán solicitadas a través de Interpol".
Ya es vox populi que el tambaleante Maduro (su caída en las encuestas ha sido vertical) usa las acusaciones de "golpe" y "magnicidio" para ocultar la debacle del país que se expresa en crecimiento de la pobreza (con barril de petróleo a casi $100); desabastecimiento atroz en alimentos, medicinas y otros, y una inflación que expertos temen que pudiera llegar al 80% al finalizar el año y a más del 100% en alimentos. Mientras la disparatada Fiscal daba la orden a Interpol, 40 sociedades médicas y quirúrgicas del país emitían un dramático comunicado denunciando que "el déficit de insumos, material médico-quirúrgico y de laboratorio en los centros de atención médica está llegando a un punto sumamente crítico que pudiera conducir a una situación insostenible tanto en la salud pública como la privada, que no permite ofrecer una adecuada atención médica oportuna a la población, con mayor repercusión en los sectores de menores ingresos, niños, ancianos, embarazadas y aquellos pacientes que requieren tratamiento por enfermedades crónicas" (El País, de Madrid, tituló: "El desabastecimiento llega al quirófano"). En el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, varias organizaciones denunciaron que "más de 200 mil niños trabajan en mafias delictivas en Venezuela ejerciendo la prostitución, tráfico de drogas y robo, con enormes índices de muertes violentas donde las víctimas son menores de edad" (EU 12-06-14). El Cendif señaló que "52% de las personas en situación de pobreza son niños, además de 1 de cada 5 infantes sufren alimentación inadecuada y 20% de las madres venezolanas son menores de edad".
Pero a Maduro lo único que le quita el sueño es su obsesión por permanecer en el poder y para ello persigue a opositores y censura medios y comunicadores, en su afán de ocultar la explosiva realidad. Su última víctima ha sido el brillante humorista Luis Chataing (la parodia sobre "cómo fabricar una prueba" lo habría sacado del aire).
¿Obedecerá Interpol la orden de captura dada por un régimen tan enloquecido que su "presidente" acusó al imperio, entre otras atrocidades, de la inoculación del cáncer al difunto Chávez; su Fiscal y TSJ -como denuncia la relatora de la ONU- obedecen ciegamente las órdenes del Gobierno, y su Vicepresidente acusa que "estrellas de Hollywood orquestaron un golpe desde los Oscar"?
Mientras tantos orates pretenden distraer las protestas, estas continúan en las calles pese al Mundial de Fútbol y las 3.125 detenciones. En Valencia, por ejemplo, con el lema "Sácale tarjeta roja al Gobierno" los ciudadanos acompañan a los estudiantes en las calles. Tic Tac.
mcolomina@gmail.com
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