La oposición debe seguir adelante, a la búsqueda de otros actores
LUIS VICENTE LEÓN | EL UNIVERSAL
Tan pronto salió la noticia de la renuncia de Aveledo la pregunta fue: ¿se dividió la MUD?
La respuesta es no. La MUD no puede dividirse porque no es un partido político ni una institución que aglutine un pensamiento homogéneo. Es, por diseño, un espacio de encuentro entre múltiples actores de la oposición que son heterogéneos, que tienen diferentes visiones del país, con muchos liderazgos que tienen intereses propios (legítimos) y por lo tanto son competidores naturales. Los une, sí, un objetivo mayor que es la necesidad de cambio de un gobierno al que califican no sólo de malo, sino antidemocrático. Ese objetivo mayor los obliga a sentarse a buscar acuerdos. A planificar en conjunto una estrategia para derrotar a su enemigo más importante. Pero esos acuerdos no significan que se unifique su pensamiento, ni sus intereses cotidianos, ni su proyecto país. Se unifica la lucha circunstancial contra el chavismo. La MUD es el lugar que han creado precisamente para buscar reglas de juego que les permitan canalizar sus diferencias y decidir a quién seguir en un momento determinado, lo que no significa que estén todos de acuerdo o crean que es la mejor vía, opción o líder seleccionado en cada ocasión. Simplemente es una cesión para lograr el primer objetivo y luego tener espacios democráticos para competir entre ellos.
Y cuando termina un proceso electoral, ¿qué creen ustedes que va a pasar? Lo que pasa en todas partes; comienza una revisión y un debate sobre lo que se hizo bien y mal. Obviamente que surgen críticas y se buscan responsables. Se mueven las fuerzas internas y los actores que se han sentido desplazados o minimizados intentan tomar posiciones de poder e influir en el futuro. Por su parte, los que han dominado la escena se defienden e intentan mantener su fuerza y control. Son momentos de conflicto, de presión de cambio y de oxigenación del debate. Algunos liderazgos sufren en ese proceso y pueden perder fuerza o influencia y otros surgen y se posicionan. Y todo esto ocurre preferiblemente lejos de un nuevo proceso electoral. ¿Y no es ese acaso el mejor momento para que pase?
Que Churchill haya sido derrotado internamente en su partido y sacado de su posición de poder en Inglaterra postguerra no significa que haya sido malo, ni que su contribución no haya sido brutal, pero llega el momento en que el cambio, conveniente o no, es simplemente inevitable.
No estoy comparando a Aveledo con Churchill (esto para los típicos gafos que centrarán su crítica hoy en esa tontería). Simplemente estoy diciendo que incluso para actores fundamentales de la historia, llega el momento de salir y no tiene que ver con que seas bueno o malo, sino con que el país cambia, las circunstancias también y no tiene sentido que las instituciones no se adapten u oxigenen. Aveledo ha sido un actor fundamental para la oposición y para la MUD. Se merece todo el respeto y consideración. Su labor desinteresada ayudó a unificar listas y a lograr un candidato presidencial de unidad, que terminó a un punto de diferencia del candidato oficial, contra todas las ventajas del poder, en pleno velorio de Chávez. Aveledo elevó el nivel del discurso opositor. A él todo el reconocimiento; pero ahora la oposición debe seguir adelante, a la búsqueda de otros actores que también contribuyan a su consolidación y que no deben ser líderes activos con aspiraciones personales o representantes de algunos de los lados que se enfrentan, sino notables que estén dispuestos a crear espacios de encuentro y debate en el que nunca se castre o limite el espíritu de la democracia, que es divergir cívicamente y defender los derechos ciudadanos. De eso se trata.
Luisvicenteleon@gmail.com
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