Manuel Ángel Arrias / De Libre Opinión Política
El aumento en el dólar tiene muchas razones. El Petro es solo una de ellas, pero en el actual contexto es la principal causa (pero insisto, no es la única). Explico algunos detalles:
En honor a la verdad, hay que aclarar que el relanzamiento reciente del Petro por si solo, como activo virtual, no fue el causante del desproporcionado aumento dólar, sino no más bien fue el haber sido colocado (regalado) de forma abundante y en corto tiempo en manos de millones de venezolanos que, por necesidad o conveniencia, corrieron a hacer uso del mismo.
Entrado en tema, dejemos claro que aumenta el dólar.
El precio PROMEDIO del dólar que calculan los llamados MONITORES, porque son varios, o sencillamente MonitorDolar, es el reflejo de varios precios que podemos resumir en dos tipos. 1) Las casas de cambio y 2) los que trabajan con Bitcoin.
Ambos se mueven de manera distinta, y son influenciados por factores diferentes.
DolarToday suele ser un reflejo rezagado de las casas de cambio.
Las casas de cambio de mayor influencia se mueven en Cúcuta. El precio del dólar en este caso es influenciado por el comercio con Colombia. Es cierto que hay un factor especulativo. Por ejemplo. Suelen colocar un dólar caro pero es para el provecho del vendedor de dólares (ejemplo, familiares de venezolanos que envían remesas-giros en bolívares a Venezuela) y una vez que compran esos dólares a, por ejemplo, 3200 pesos, lo revenden al banco central de Colombia a 3400 pesos aprox. Pero aún no hemos visto el efecto del petro acá.
Ojo a este dato. Cuando la liquidez cae en manos de la banca y no se mueve, esta no genera tanta depreciación, ya que los bancos están obligados a regresar este aumento de liquidez al BCV por el llamado encaje marginal. Por eso el dólar BCV (TCR) apenas se movió.
Pero qué pasa cuando cae en manos de un pensionado o de un maestros?
La influencia del petro o cualquier otro activo o moneda sobre los precios se exacerba cuando cae en manos de consumidores finales, estimulando directamente y de forma explosiva la compra de productos en un corto tiempo, vaciando anaqueles que deben ser nuevamente llenados y en el caso de las regiones fronterizas, se hace mediante la importación de productos desde Colombia. Esto genera la caída del bolívar frente al peso colombiano. En esto el petro influyó y hay que dejar claro que hubo otros factores, aunque casi todos son como un incendio generado por esta pequeña chispa llamada petroaguinaldo.
El primer factor es el de las expectativas alcistas, es decir, esa sensación de creer (y saber) que no solo el dólar está subiendo, sino que eso no va para allí, y seguirá subiendo. Esta sicosis colectiva lleva a todo el que tiene un bolívar a querer comprar dólares, a cualquier precio, impulsando mucho más su precio.
El segundo factor es el especulativo, que le indica al vendedor con muy baja o nula moral, que la única forma de vender sus dólares es a un valor muy por encima del precio fijado en páginas, sin importar que ya esté alto. Esto es alimentado y premiado por el primer factor.
Ambos factores tienen justificados sus temores y sospechas por el hecho de que el petroaguinaldo pone en manos de consumidores finales, en muy poco tiempo, el equivalente en bolívares a 9.5 billones para comprar en un contexto de producción estancada o limitada y alto consumo de productos importados. Esta cifra es más del 25% de la liquidez al momento de la entrega del primer petroaguinaldo.
Lo triste de esta realidad es que la influencia cucuteña se da sobre una zona geográfica que no debe abarcar más del 20% del país, y tal vez el 30% de la población (Zulia + Táchira) pero su peso relativo sobre el precio del dólar y sobre sus subidas locas es realmente alto.
La otra parte del mercado cambiario y de los determinantes del precio del dólar en Venezuela, es decir el bitcoin, está influenciado por agentes económicos más técnicos y sofisticados que los pensionados y maestro, seguramente acá hay muchos comerciantes.
El mercado de bitcoin en Venezuela es relativamente pequeño si lo comparamos con el comercio fronterizo y es verdaderamente ínfimo si se pone al lado del resto de la economía venezolana. Ahora intenten ver el efecto de un mercado como este, en el que a diario se hacen unas 100 operaciones de un promedio de 25 millones cada una (unos Bs. 2.5 mil millones diarios) un mercado que ahora es visitado por comerciantes a quienes de la noche a la mañana le ponen el equivalente a 1.2 billones de bolívares en sus cuentas bancarias. BOOM.
A esto súmenle que al fin les pagaron los bonos de fin de año a los empleados públicos. Los activos de PDVSA disfrutaron esa última semana de un buen bono, y los jubilados también, y lo dañino de todo esto es que ese dinero no salió del fisco nacional, o de la venta de gasolina en Venezuela, no. Todo eso es dinero fresquecito (y virtual) salido de la orden de un computador de escritorio del Banco Central de Venezuela.
Y para concluir. Todo esto es producto de una decisión de política económica que resulta en financiar el gasto público y el consumo con dinero que sale de la nada.
