SAVERIO VIVAS | EL UNIVERSAL
Sentado en un luchar de los barrios de Catia, del que el gobierno no quiere acordarse, reflexionaba con varios amigos sobre la mansedumbre del bravo pueblo de Catia.
El domingo pasado, vi esa mansedumbre otra vez. Los capataces del PSUV en las comunidades, arriaron a mis vecinos de Catia, pá' que fueran a participar en un simulacro electoral. En la cola de los jeepces pá' Tacagua Vieja, los vi regresando de la jornada. Muchos estaban vestidos de rojo, y hablaban de "la guerra en Siria, del imperialismo norteamericano, de socialismo y capitalismo"... pero ninguno hablaba de las necesidades y problemas del barrio.
Mientras el jeep pasaba por la pobreza inmensa del barrio El Limón, ninguno de estos extraños "revolucionarios ciegos" habló de la vialidad destruida, de los botes de aguas negras, de la basura acumulada, o de la falta de alumbrado público, (aunque todos eran problemas a la vista)... Tampoco hablaron de abandono de la escuela "Froilán Noriega" (donde estudian sus hijos), ni de algo bien triste: nadie habló de cómo la delincuencia mató a don Máximo Vega, un muy querido vecino de espíritu montaraz.
Esa mansedumbre que existe en Tacagua Vieja, ocurre desde hace años en toda Catia. El pueblo de Catia (el que representa a más del 30% del Municipio Libertador de Caracas), ha sido domesticado por el PSUV, ¡De una forma tal!, que a los gobiernos del pasado les hubiera causado envidia... Pero pese a las apariencias, el espíritu rebelde los catienses no ha desaparecido. Simplemente está dormido...
Mientras el PSUV arriaba al pueblo manso de Catia, para que asistiera al simulacro electoral del domingo pasado... En lo más profundo del barrio, jóvenes como Julio César Reyes y Argenis Abreu, caminaba de casa en casa, cantando como turpiales, su llamado a la unidad de todos los venezolanos: "para que juntos seamos una fuerza que permita resolver los problemas del barrio, de Catia, de Caracas, y de Venezuela"... Estos turpiales no piden votos. Solo invitan a los vecinos a reflexionar "que todos tenemos los mismos problemas como comunidad", y tienden sus manos a oficialista, opositores y ninis, para trabajar en la solución los problemas del barrio... Para mí (y seguramente para el poeta Alí Primera), esos jóvenes irreverentes que llevan ese mensaje positivo ¡a la propia casa de un jefe radical del PSUV!, son auténticos revolucionarios montaraces, y opositores al gobierno vagabundo.
Y ese llamado está teniendo un eco sublime. La gente del barrio está despertando a la realidad que nos agobia. Hemos comenzado a poner en justo orden nuestras prioridades: Primero las necesidades del pueblo, luego las del pueblo, después las del pueblo... Y en algún momento (el que así lo quiera), están las preocupaciones electorales de Jorge Rodríguez y los enchufados de la Alcaldía de Caracas (que prometieron más de 450 obras, y han cumplido con menos del 40%).
La buena nueva, es que la oposición no tiene que ir a los barrios, nosotros ya vivimos aquí. No necesitamos que vengan arriarnos, educarnos, o enseñarnos política. Ya tenemos nuestro mensaje: La Unidad... Hemos recuperado el espíritu rebelde, y guste o no, los oficialistas, opositores y ninis de los barrios, nos estamos uniendo para solucionar problemas comunitarios, porque entendimos que unos usan nuestra división, para arriarnos como chivo manso.
Desde mis barrios en la Caracas profunda, les digo con firmeza e irreverencia: "La gente de Catia ya es montaraz, está despertando del sueño rojo"... Y el 8D lo vamos a demostrar.
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@SaverioVivas