Ella no solo es la esposa del líder encarcelado sino una opción natural y poderosa
ROBERTO GUISTI | EL UNIVERSAL
Patricia Gutiérrez, convertida en la candidata de la Unidad Democrática a la alcaldía de San Cristóbal, es la esposa de quien va a sustituir, Daniel Ceballos, actualmente preso en las cárceles de Nicolás Maduro. Una solución, se podría pensar, típica y hasta manida esa de colocar a la esposa del líder imposibilitado como reemplazo, cuando, por una u otra causa, aquél no puede participar en una reelección, como fue el caso de Isabel de Perón (le correspondía asumir el cargo por su condición de Vicepresidenta luego de la muerte de Juan Domingo Perón), o de Cristina Fernández (por razones político-electorales sucesora de su marido, Néstor Kirchner).
En ambas situaciones, por detrás de las apariencias, apenas maquilladas, aparecía el afán continuista por parte de una clase dominante, disfrazado de una supuesta alternativa, si no democrática, al menos formalmente legal. Claro, hay diferencias en las experiencias citadas porque mientras Isabel carecía de cualquier atisbo de manejo político y resultaba un mascarón de proa, Cristina (al fin y al cabo un caudillo o caudilla) con las enaguas bien puestas) siempre estuvo contaminada por el gusanillo del poder y en eso era (y sigue siendo) tan hábil, (o incluso más), que su extinto marido.
Pues bien el anuncio que hizo Daniel Ceballos de lanzar a Patricia, su esposa, para que lo sustituya en la Alcaldía de la díscola ciudad de San Cristóbal no resulta una medida desesperada de transferencia de votos del marido a la mujer, quedándose el primero con el ejercicio del poder a la distancia. No. Aun cuando el liderazgo de Ceballos es uno de los más sólidos y auspiciosos en el poder regional del país, Patricia ha sido la compañera útil e inteligente que siempre acompañó, desde la cercanía total, las luchas de Daniel Ceballos en las seis campañas electorales que ha ganado a lo largo de su breve pero meteórica carrera.
Baste con reseñar que antes de ser novios ya Daniel le había propuesto que fuera su suplente cuando se postuló como representante estudiantil al Consejo Universitario de la UNET (Universidad del Táchira). Luego, ya casados y con tres niños, (dos hembras y un varón), estuvo al frente del equipo que le dio soporte electoral a Daniel en sucesivas elecciones (nunca perdió), hasta ganar la alcaldía de San Cristóbal. Ahora, frente a la injusticia y el atropello, Patricia se convierte en la heredera natural de un liderazgo tan poderoso que intentaron cortarlo de raíz. Pero ella, que además de esposa del líder, piensa por sí misma, asegura la continuidad de su brevísima gestión y dispone de la capacidad y la fortaleza para devolver las cosas a su lugar con una fulgurante victoria electoral que consolide a San Cristóbal como territorio libre y democrático.
@rgiustia
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