TOMÁS SOCÍAS | EL UNIVERSAL
Cuando el Ejecutivo Nacional anunció la creación de mecanismos para bajar el dólar paralelo, lo resaltamos y destacamos la medida que nos pareció y nos parece positiva, tomando en cuenta que a estas alturas y a 10 años de control de cambio, optar por políticas como ésta, era mejor que eliminar ese tipo de control.
De hecho, la forma de actuar del Gobierno cambió y hasta permite que se hable del precio del dólar en el mercado negro, lo cual estaba prohibido por ley.
La flexibilización fue una medida acertada, lo afirmamos en su momento y lo seguimos afirmando, puesto que se instauraron mecanismos como el Sicad I y Sicad II para frenar el aumento sostenido de la divisa en el mercado paralelo.
Hay que recordar que el Ejecutivo tomó la medida porque esa divisa marca el precio de gran cantidad de rubros de consumo masivo, aunque el Gobierno se empeñe en afirmar lo contrario, ocasionando una inflación que, al ritmo que va, pareciera indetenible.
Desde que se inició el Sicad II, en marzo de este año, se puede decir que surtió efecto, al menos al principio. No obstante, el precio del dólar ha vuelto a repuntar e insiste en dar al traste con las políticas cambiarias del Ejecutivo.
Como sabemos, el Sicad II permite que empresas y personas naturales adquieran divisas a un precio que se ubica entre 49 y 51 bolívares por dólar. Al principio, esto produjo un incremento en la oferta oficial de divisas que empujó el precio del paralelo a la baja.
Pero, la situación ya no es la del principio, sino que el dólar paralelo vuelve a subir, principalmente porque la liquidez está aumentando, puesto que las empresas y las personas naturales están sacando más bolívares a la calle, tratando de convertirlos en dólares.
Esto se debe a que hay una enorme cantidad de bolívares en la economía, como consecuencia del financiamiento que el Banco Central de Venezuela hacia el sector público, en especial a Pdvsa.
La consecuencia de todo esto, lejos de las explicaciones técnicas, se puede ver en el día a día y es los productos están costando más cada vez.
Como el BCV ha inyectado 512 mil 537 millones de bolívares, mediante esta política, y no hay un aumento de los dólares a 6.30, ni a las tasas del Sicad I y Sicad II, no queda otro camino que acudir al mercado paralelo y de allí que los precios no han parado de aumentar casi a diario.
Cifras oficiales indican que el Ejecutivo solamente ha otorgado 27% menos dólares que lo asignado por el antiguo Cadivi y el Sitme, entre el 2012 y 2013.
Allí está el meollo del asunto, como son menos dólares oficiales a cualquiera de las tasas, a los sectores de la economía no les queda sino acudir a la alternativa que resulta más cara y perjudicial para el bolsillo del venezolano.
Aunque el Sicad II promedia una asignación entre 28,8 millones y 31 millones de dólares diarios, no es suficiente y ha empujado el tipo de cambio paralelo al alza.
Y esto ocurre porque simplemente no hay dólares a 6.30, aunque el Ejecutivo se empeñe en decir que sí.
El Gobierno ha mantenido la tesis de que el tipo de cambio de 6,30 bolívares por dólar, pero no es así, a tal punto que la distancia con el paralelo es enorme y está causando un enorme desequilibrio que el Ejecutivo dista de poder resolver, en los próximos meses, salvo que tome medidas drásticas que sabemos no lo hará, porque está de por medio la aceptación del Gobierno.
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