Manuel Angel Arrias / De Libre Opinión Política
Mi planteamiento es muy sencillo, no apoyo una posible Constituyente hoy porque le conviene más al gobierno que a los que se oponen a este.
Si lo analizamos tomando como base los números y resultados de una posible confrontación electoral, un llamado a una asamblea nacional constituyente le favorece principalmente al PSUV. Dado que es este el único partido político con capacidad de movilización y arrastre de votos a lo largo y ancho del territorio nacional, mientras que la MUD y los partidos que la componen tienen fuerza en unos 7 u 8 estados en los cuales, de forma sorpresiva, han visto como en ocasiones sus candidatos salen perdedores, incluso, dentro de tales estados en donde parecen tener mayoría, existen circuitos electorales alejados de los grandes centros poblados y las capitales en los que el PSUV domina ampliamente.
Ante tal escenario, un llamado a elegir a los asambleístas constituyentes, el cual se haría principalmente por estados, y otro grupo menor por votación nacional, el resultado electoral beneficiaría en número de asambleístas al partido de gobierno, en una proporción al 55-45 en el mejor de los casos para la oposición (podría ser 60/40), aunque la cantidad de votos a favor en la votación nacional sea mayor, principalmente por la elección mayoritaria en regiones menos pobladas y principalmente caracterizadas como chavistas.
En este caso, existe un alto riesgo para la oposición de entregar el poder constituyente a una mayoría chavista que cambiaría la constitución a su antojo, para que estos instauren el comunismo de forma definitiva en la Constitución.
No voy a tomar ese riesgo cuando la victoria llegará por si sola sin estar buscando salidas forzadas y apresuradas.
Mi humilde opinión es que el chavismo caerá por si solo impulsado por el peso de sus fracasos y su negra historia. Ante esta esperanza, prefiero que buena parte del país se dirija al cambio y al progreso de forma pacífica y planificada, iniciando por las elecciones parlamentarias, en las cuales, la proporción 55/45 significará un nuevo avance opositor de cara a las futuras e indetenibles victorias electorales.
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